Como millennial que es el formato de Gran Hermano diré que El Canto del loco, grupo favorito de muchos millennials cantaba: “ya nada volverá a ser como antes”…

Los seguidores acérrimos del formato también éramos fieles creyentes de esto, de que nada volvería a ser como antes.

Pero también hemos sido muy seguidores del famoso y de repente.

Pues sí, señores y de repente ha vuelto Gran Hermano y ha vuelto a ser como antes. El de siempre, el de casa.

Y cuando algo es como antes, se respira en el ambiente. La TL, la de siempre, la de casa, ha vuelto. Ha vuelto a comentar el reality en esencia que nos trajo aquí a todos.

Aquí no llegamos ni por la Isla de las tentaciones, ni por GH VIP, ni por Supervivientes. Gran Hermano nos reunió a esta familia disfuncional que lleva cerca de 10 años funcionando. Como diría Nairobi: «–Quiero las máquinas funcionando las 24 horas, como si esto fuera una rave de Pocholo. Sabéis no? ‘Chiki pum, chiki pum, chiqui pum’». Así hemos estado aquí, comentando todo lo que Tele 5 nos diera, que no ha sido poco.

Es una maravilla ver una casa donde la magia y la esencia están en cada rincón, en cada concursante y en cada conversación.

Pero donde realmente reside la magia es en cada twittero que daba este formato por perdido y ha recibido esto como un regalo de reyes.

Hace mucho tiempo que no veíamos el 24h, hace mucho tiempo que no se narraba la casa en directo como se hacía antaño y está pasando.

Y además parece que la cúpula está dispuesta a poner de su parte y que esto sea como un día fue. De momento el casting es impecable y los presentadores están a la altura.

Lo que faltaba estas últimas ediciones y que se perdió por el camino fueron las nominaciones en el confesionario que era el poder personal de cada uno ahí dentro y lo que cambiaba por completo el movimiento de la casa cada semana. Y esta vez la cúpula no quiere dejarnos sin ese placer que era ver como se metían 3 puntos,y seguidamente se abrazaban, sin saber el puñal que tenían en la espalda. El placer de verles contar con los dedos hasta llegar a dar con la posible combinación de nominaciones y averiguarlas.

¡Esto es una maravilla, chicos! Que no sabemos si se va alargar, no sabemos si funcionará, que seguramente audiencia tendrá poca porque la gente ya está acostumbrada a ver a presuntos VIPs matándose por tramas que traen hechas de noches en el Deluxe,y esto no les llame la atención.

Pero nosotros, los que disfrutamos viendo presentación, nudo y desenlace de la trama vamos a gozar de estos dos o tres mesecitos que nos han regalado.

Como también canta el El Canto del loco: “volver a disfutar”.

Pero no solo tiene verdad, Dayane es ese concursante que desprende frescura, fluidez, habilidad y espontaneidad en el momento necesario. Tiene la capacidad de responder en una conversación justo lo que tú quieres que responda. Por eso no hay enfrentamiento ni hay nadie en la casa que le haya ganado una batalla.
Y diréis… Sí, Adua en aquella gala. [Nota: Para los que no la vistes, fue una gala en el mes de diciembre en el que Dayane y Rosalinda habían tenido una crisis y en ese momento las relaciones estaban algo tensas entre ellas].
Ahora pasado el tiempo no creo que ese día Dayane no supiera cómo era Rosalinda, no creo que no tuviera ganas de responderle, el problema es que ya la quería demasiado.

Iba a decir que maldita la hora en que Adua se cruzó en su camino, pero no. No nos hagamos mala sangre. Gracias a este cruce hemos podido ver la parte mas leal, cariñosa y protectora de Dayane, que quizás si no hubiera surgido esto no sabríamos que lo tiene.  Con esta historia hemos aprendido todos, ella y nosotros. Seguramente a partir de ahora en nuestra vida y cuando veamos un reality, no nos fiaremos. Al final el concurso que ha hecho Dayane es esto, una enseñanza.

Hace poco escribi un tweet donde dije que Dayane me había enseñado mucho durante este tiempo y es verdad. Hay concusantes que te dan lecciones de vida y a mí Dayane me ha dado muchas. He aprendido que me quejo en mi vida por vicio, que ella tiene una vida de mierda y la afronta con positivismo. Me ha enseñado que aunque te rompan el corazón tienes que querer sin medida y sin pedir nada a cambio, siempre hay uno que quiere mas.
Me ha enseñado que en la vida te vas a encontrar con personas desagradecidas con decepciones de esas que no olvidas jamas, pero que a pesar de todo hay que desearles que sean felices, bastante tienen ya. He aprendido que a veces nos preocupamos por ser aceptados, y realmente da igual que seas un incomprendido por el mundo; si  estas seguro que lo que estas haciendo es lo correcto nada más te debería importar. «Enséñame la vida“ Dayane Mello.

No voy hablar solo a nivel reality, voy hablar en general… No conozco a nadie con una fortaleza como la que tiene ella. Se puede caer el cielo encima y sigue en pie, siempre tiene ese resquicio que la hace seguir adelante con lo que venga.
Con Dayane hemos podido ver los sentimientos más profundos de una persona. Como es el sentimiento de amor cuando te enamoras y desgraciadamente el sentimiento de dolor cuando pierdes a una persona. Esto último ojalá no haberlo tenido que vivir ni ella ni nosotros, pero… ¿qué más puede ofrecernos alguien?

Tengo claro que la persona que ha tenido al lado durante 5 meses algún dia se dará cuenta de lo que ha perdido. Y no hablo como pareja, porque visto lo visto quizás nunca se tuvieron. Pero ha perdido a una persona de esas que solo te pasan un vez en la vida y a veces ni eso.
Como nos ha pasado a nosotros con este reality… Dayane nos ha pasado una vez en la vida y seguramente no nos vuelva a pasar nunca mas. Disfrutemos de estos días que quedan y pidamos un deseo, que esto es como una estrella fugaz, pasa y se va.

Escribo por no llorar, porque reírme lo que se dice reírme no puedo.

Es como si hubiésemos cuidado un hijo durante años, adoptado por todos y pasando de mano en mano, desde los más veteranos a los más jovencitos y de repente viene su madre biológica que es bastante hija de puta, y en hijo que un día dejó en nuestras manos y te lo quita para darle peor vida. Pues así.

Su madre biológica que no sabemos a ciencia cierta quién es, no sabemos el ingeniero exacto de GH, pero pongamos que hablo de Vasile que diría Sabina. Vasile como inventor o propulsor de este reality debería querer lo mejor para él, lo mejor para su hijo.

A mí me encantaría que el día de mañana a mi hijo lo quisiera un montón de gente de manera desinteresada sin ánimo de lucro y simplemente por su esencia. Me encantaría que lo amasen, lo respetasen y lo cuidaran allá por donde pisará, pasaran los años que pasasen y vieran en él lo que viesen.

Porque exactamente era eso lo que nosotros hacíamos con Gran Hermano, dedicarnos durante 3 meses de pleno a cambio de nada. No pedíamos nada a cambio, es más pedíamos que fuese aquel hijo que hace muchos años nos dejaron en nuestras manos con la única condición de poderlo tener vigilado 24h. Y lo demás nos daba igua; nos ha dado igual que nos engañaran en lo que a votos se refiere, nos ha dado igual el corta y pega, nos ha dado igual el ninguneo a nosotros sus padres adoptivos. Nos ha dado igual todo.

Nosotros, al llegar septiembre sabíamos que empezábamos otro curso con el niño y que lo llevaríamos de mano como el primer día que lo hicimos y ya en diciembre veríamos las notas.

Entre los papis adoptivos hicimos amistades únicamente y exclusivamente por él que no se piense Vasile que vinimos aquí de paseo porque sí.
No sabe que para algunos el 24H fue una vía de escape a su vida diaria, no sabe Vasile que algunos dejaban su ingenio a relucir en cada tweet, no sabe Vasile que para los que viven solos, durante tres meses en su casa vivía un regimiento.

No sabe que gracias a su hijo la gente ha entablado amistades especiales, que no olvidarán nunca y siempre sabrán que llegaron de la mano de GH. No sabe que cenábamos dos veces, primero con nuestra familia y luego recenabamos con ellos. No sabe que hubo un año que pagamos por ver ese 24h. No sabe nada, absolutamente nada.

No ha aprendido nada de nosotros durante todos estos años.

Pero yo sí, a mí sí que me habéis enseñado vosotros seguidores del 24H, me habéis enseñado mucho, tanto que algún día escribiré un artículo dedicado a todo lo que aquí aprendí de vosotros.

Nosotros sí.

(Ilustración: @farandulario_)

¡Qué niñata! Es el argumento de la mayoría cuando se habla de Meri. Y qué fácil es tacharla exclusivamente de eso.

Y quizás yo veo otro Gran Hermano, puede ser. Pero lo único que he visto por parte de Meri durante el concurso no es más que natu-realidad, inteligencia y valentía.
Estamos hasta las narices de ver cómo casi todos los concursantes premeditan y piensan cada palabra que van a decir, cómo calculan la jugada dependiendo de lo que se vaya a quedar en el vídeo y cómo discuten forzosamente por tres minutos de gloria.

Tienen la mayoría unos añitos y vienen de vuelta. Con Meri es donde encuentro ese punto inocente e ingenuo que a veces falta en esa casa con todo lo que esto a veces conlleva. Los 20 años a veces te llevan a tener actitudes de cría, porque si no eres niña con 20 años… eso sería lo preocupante. En la casa todos se han hartado de llamárselo en mil ocasiones como si eso fuera algo malo.

La primera semana, cuando todos tenían a Fernando el Católico como el buenrollista de la casa, ella con su famoso punto nos avisó a nosotros y a sus compañeros de que ese señor era un falso, bienqueda y traicionero como con el tiempo se iría viendo. [¡Y qué guapa estabas hija y qué bien hablaste!]

Precisamente el jueves salió de la casa por eso entre muchas otras cosas. Su actitud reiterada con el punto es una actitud de niñata, sí, pero no la faltaba razón.
Y yo me quedo con el contenido más que con las formas; al final lo importante es el mensaje que te quieren transmitir sea de la manera que sea.
No tuvo miedo en decirle en la cara constantemente lo que pensó, le dio unos cuantos repasos siempre con argumento. ¡Yo pensaba que las niñatas no sabían hacer eso!

Sin irnos de la primera semana, doña Clara, la tía con la vida más dura del planeta –fíjate si es dura su vida que ta la tira a la cabeza y te descalabra– la acusó en prime time de ser una cerrada y de no querer compartir la experiencias con nadie más que no fuera Laura. Cosa bastante incoherente, puesto que aquí fuera lo que más se criticaba de Meri es que pasaba de su amiga.

Porque claro, hemos visto a Clara super mega simpática y agradable con toda la casa. ¿Verdad?
Han pasado las semanas y al final Clara se cerró en FerMandoYo y Miguel y con los demás ha tenido un trato normalito. Es más, es tan sumamente cerrada que no entiende que a sus amigos los puedan nominar y es capaz de ponerse en contra sin motivo de esa gente que los nomina.

Y ahí, nuevamente la primera semana Meri se enfrenta a Clara y nos vuelve avisar a todos de que Clara solo sabe dar lecciones de vida a los demás, que sabe más que nadie y que es una chunga. Y nos queda claro a todos que eso es así… ¿no?

Siempre dije que le faltaban aliados inteligentes, un pelin de malicia y años, pero es la que mejor leer a sus compañeros y sus intenciones.
Pero al margen de todo esto ¿Quién no es niñato en ese casa?
¿Es que la actitud de Rodrigo y Bea no es de niños? ¿Adara no es una niñata desquiciada? ¿Fernando y Clara no se han comportado como auténticos niñatos?

Como cuando se dice: «menuda actitud la de Meri con Alain, no sabe ligárselo” o “está siendo una niñata con él” es porque quiero pensar que todas las que sois chicas, con 20 años os habéis declarado a un tío de 38 o habéis intentado ligároslo. Claaaaaaro, habéis sido todas protagonistas de “Perdona si te llamo amor”.

Con Alain no tendrá jamas nada, por diferencia de edad más que otra cosa. Pero gracias a Meri él ha despertado del letargo en el que vivía dentro de esa casa. Ella con sus 20 años le ha dado un poco de vida y le ha ayudado a dejar pinceladas joviales, que no hace falta estar siempre demostrando lo maduros que somos. A veces tenemos miedo o nos avergüenza que nos digan que en algún momento no lo estamos siendo, cosa que no entiendo.

Pero lo mejor de esta historia, que supongo que es por lo que engancha, es por ver a una cría totalmente muerta de vergüenza mirándole con esa ternura mientras en su cabeza planea a cada minuto como declararse aún siendo consciente ella misma de las calabazas que se va llevar.
Yo no sé que piensa Alain de ella, supongo que la ve muy joven. Eso sí, lo que es innegable es que le encanta que Meri no se separe de él.

Lo que hicieron ayer viernes con ella en el juego de “beso o verdad» me pareció un poco humillante. Me pareció que Bea es más egoísta de lo que ya me imaginaba. Por despecho ayer fue capaz de hacer daño a Meri y a Rodrigo para minutos más tarde arrepentirse.
A mí esas actitudes de cría sí son las que me molestan, las que por no pensar haces daño innecesario a quien te tiene un mínimo aprecio.
Tampoco entendí el fin de tirarle toda la ropa a Meri al suelo por hacer la gracia y aun así darle 20.000 voces y no ser capaz de asumir el error.

Solo me tomé el beso de Clara hacia Alain como algo que formaba parte del juego, todo lo demás iba con un punto de malicia y querian hacer leña del árbol caído.
Aun así Meri aguantó el tipo, lo que no hubiera hecho ninguna de las otras tías desquiciadas que hay dentro de esa casa, se fue a acostar sin abrir la boca y mañana será otro día.

Entonces, desde anoche, la aquí presente ha decidido ser taliflana de Meri, porque imagino que a todos nos hubiera encantando que nos entendieran en ese momento cuando “el pavo” nos atacaba y la vergüenza nos ganaba la partida.

La vergüenza que viene dando Gran Hermano dese hace unos años no es ni medio normal. Últimamente se me llena la boca de pedir que nos devuelvan el GH de siempre, el de casa. El nuestro.
A estas alturas de programa aun no sabemos si nos han tomado el pelo, si nos lo están tomando o si nos lo van a tomar. Vivimos con la incertidumbre de «¿y si esto es todo una mentira?».

Incluso ya fantaseamos y nos atrevemos a decir «el último día nos dicen que todo era un secreto y que GH empieza ahora». Lo decimos de broma y con la boca pequeña pero como nos mangonean tanto alguno que otro llegaréis a plantearos incluso esa posibilidad.

La mayoría somos seguidores fieles desde el primer año. Y sé que nos agarramos a un clavo ardiendo y queremos creer que todo es verdad, que todo lo que pasa en Guadalix es casualidad. Y que nada está previsto. Pero no nos engañemos. Ni nosotros los veteranos a día de hoy nos creemos esta pantomima, sabemos perfectamente que hay un alto porcentaje de que por algún lado, que exactamente no sabemos cuál es, nos la estén metiendo doblada.

Pero ninguno nos atrevemos a decir de dónde vienen esos desbarajustes. La cabeza nos quiere guiar para ver la luz y desmantelar esta broma y el corazón granhermanil te desvía para que vuelvas al redil. Cerramos los ojos y volvemos a creer ciegamente en el formato aún sabiendo que de aquel Gran Hermano que empezó hace 16 años, solo se conserva el nombre.

Últimamente no nos creemos los porcentajes nunca o casi nunca. No reímos a carcajadas de esos empates técnicos jueves tras jueves. Nos adelantamos a la jugada de los cara a cara, sabemos de qué manera nos van a engañar cada vez que hay un duelo. Las expulsiones no son democráticas, no están en manos de la audiencia desde hace unos añitos. Las expulsiones las decide la trama que en ese momento este sucediendo en la casa. Las decide el share de la noche.

Es triste, y algunos me diréis «¿y por qué sigues votando?».
Pues fácil. porque al final este programa tiene ese no sé qué que me seduce y me encandila la mente, me vuelve a ilusionar año tras año y se me olvidan los palos de la edición anterior.

Llevamos años donde por inercia nos sale decir «ganará el que ellos quieran». Joder, y está feo decirlo, está feo seguir viendo GH si pensamos así. Pero coño, es que es verdad. No es que lo impongan, pero te aleccionan con vídeos llenos de corta y pega donde cualquier cosa incoherente te la van adornar con música bonita de fondo.

¿Por qué este año no hemos presenciado las nominaciones en el confesionario como toda la vida?. Pues porque los concursantes pintan una mierda y nosotros otra. Esas nominaciones dan lugar a condicionarlos, a que salgan siempre los mismos nominados, se provocan duelos que es lo que a ellos, a los de arriba, les llena la caja.

Porque señores, bien es sabido que el morbo y la gracia estaba en ver cómo se apuñalaban a la espalda con la nominación secreta. Verles una semana entera calcular por donde le habían venido los puntos. Y mientras a ti te da morbo solo de pensarlo, los jefes pasándose la esencia y el formato de Gran Hermano por el forro de los cojones. Riéndose en nuestra cara.

¿Por qué las entrevistas no son todas con el mismo nivel de seriedad y severidad?
Porque se la pone en las narices a Mercedes Milá y lo jodido es que te lo dice y se queda tan tranquila. Ella decide a quien hay que hacerle un juicio y a quien hacerle pasar una bonita velada.

Por no hablar del daño gratuito que les hacen a los concursantes a cambio de 15 minutos de morbo en prime time. La información del exterior daña, los hace sufrir, los desestabiliza mentalmente. Y para colmo a nosotros seguidores del formato no nos gusta. ¿Por qué entonces les dan tanta? ¿Por qué la filtran?

Pues volvemos a lo mismo, porque vende más un debate donde un expulsado lanza cuchillos a su compañero, mientras este sufre, que un debate donde se vean vídeos ordenados de manera cronológica y con sentido común.

El concursante de fuera acepta hacerlo por lo que sea, porque quizás si no lo hace ese día no tiene sitio en el debate, así se las gastan. Queda como un hijo de puta de cara a su compañero hundido y los de arriba lavándose las manos y con el share bien alto. Y así cuando se reencuentran y se reprochen ese alegato ya tienen otro momento morboso y donde corra la sangre.

Aquí somos víctimas todos, nosotros y los 15 valientes que deciden meterse en esa casa. Y perdemos todos, solo hay un ganador y no es el concursante que se haga con los 300.000 porque eso comparado con lo que gana Telecinco, se queda en nada.

Pero sin duda quien más pierde con todo esto es el propio formato ese que cuatro indeseables se están cargando. Lo están haciendo trizas poco a poco hasta que ya no quede nada. Ni siquiera el nombre.

Lo que me encantaría es que por lo menos Mercedes Milá tenga la decencia de no decir «ese momento lo estaba yo viendo en directo» porque ahí es cuando siento que me toman el pelo. Hace tiempo que se nota que no ve el directo. Ella misma ha perdido el interés y únicamente se presenta los jueves a dar su función. Es más, ni improvisar sabe ya.

Y el formato cuesta abajo y sin frenos y sin nadie que lo vaya a remediar porque a veces ni los propios concursantes ponen las cartas sobre la mesa y tienen los huevos de darle un giro a esto.

Si lees el texto una de las palabras que más se repite es morbo, pues eso. Morbo es el punto G de los jefes de Gran Hermano.