De la desvigorización de Igor y de la noemerinación de Sonia

Ayer por fin se produjo el ansiado reencuentro de Igor con sus antiguos compañeros y la actuación de vasco no fue precisamente ni espectacular ni arrolladora, como uno podía prever, sino más bien lo contrario.

No analizaremos todos los encuentros sino solo esos dos que, según prometía el vasco en su campaña, iban a ser su objetivo a desenmascarar si volvía a entrar en la casa.

Primero se las vio con los gemelos. Ahí ya se veía que el donostiarra no estaba fino porque los sevillanos salieron claramente ganadores.

Es preceptivo aclarar que para mí los gemelos son seguramente los seres más infames que pueblan esa casa, de los que es imposible olvidar el trato rastrero y miserable que tuvieron con Argi o sus continuas broncas (no acabo de entender a los que dicen que son divertidos, ¿divertidos de qué?) aunque sevidor que se ha posicionado siempre a favor de que se vayan de esa casa primero los muebles no puede evitar reconocer que lo que es dar juego, lo han dado, muy por encima de los otros dos nominados.

Pues bien, Igor llegó con su rollito que llevaba repitiendo cual mantra: que si Sonia me ha fallado, que yo nunca he hablado mal de nadie, que un amigo no hace esto, que he dejado una foto de mi hijo, que es lo que más quiero… Y ese discurso lo desactivaron los gemelos rápidamente cuando le comentaron: «¿Qué nunca has hablado mal de nadie? Joé, illo, si estuvimos juntos rajando de Desi y despachándonos a gusto.»

Minipunto para ellos y ya todo el resto de la conversación fue un vacileo de los sevillanos que optaron por no creer palabra del vasco adoptando una actitud a lo Pepe Flores de «tú a mi no me trabajas».

Poco después llegó el turno de Sonia. Llegó la canaria muy altiva al encuentro en el que en un principio se repitieron los argumentos que ya vimos en la primera entrada de Igor. Hay que decir que en la cuestión de fondo, creo que lleva razón Sonia: su mayor desencuentro fue esa semana en la que Sonia dudaba del vasco con Kristian y de la cual le mostraron el vídeo descontextualizado y ya lo demás fue a posteriori cuando, después de su despedida, había dejado a la canaria tocada y con evidente rencor. Como bien dice Godiva en la entrada anterior, son tres vídeos en cuatro meses y «la mejor forma de acabar esta conversación sería que los dos se callasen, se quedasen mirándose y dijesen: ¡Vaya dos gilipollas que somos! y seguidamente se partiesen de risa. Entonces ganarían un punto cada uno, para mí.»

Desde la comodidad del que lo ve desde fuera no entiendo por qué Igor se ha centrado en argumentos tan endebles y no ha ido a por lo que una buena parte de la audiencia pensamos: el problema de Sonia no es en absoluto el de su relación concreta con Igor, sino de su actuación general en la casa con otros concursantes: su adaptación creativa de la realidad, la campaña constante que hizo/hace contra Susana, el peloteo de los domingos… De todo esto, apenas le insinuó que su conversación con Adrián era sospechosamente el día antes de la gala. Y ya.

Resumiendo, Igor no ha estado bien y ha utilizado el chantaje emocional –recurriendo a menudo a su hijo, o a los familiares de los concursantes– que tanto criticamos a menudo a otros participantes.

Espero que nuestras mandangueras no se me enfaden hoy 😉 y aún siendo crítico con lo visto ayer, sigo creyendo que Igor es una de las opciones más seguras para darle un vuelco a la casa. La otra es Giuls pero creo imposible que sea elegida por la casa y muy improbable que lo sea por el público. En nuestra encuesta, que no es nada científica pero sí orientativa, la balanza está claramente decantada por el vasco, con un 63,24% de los votos.

Y sobre la noemerinación de Sonia, tan solo haré un esbozo, porque es una sensación de déjà vu que me está viniendo a la cabeza desde hace unos días.

Es evidente que las personalidades de Noemí Merino y de Sonia son diferentes y en casos –en su relación con el sexo, por ejemplo– diametralmente opuestas, pero sí que veo puntos de conexión, sobre todo acrecentadas por el entorno.

Por un lado esa querencia por las mentirijillas, o adaptaciones de la realidad al medio. Noemí era una experta en maquillar las cosas y Sonia otra. Sintomático ha sido que hoy Sonia después de la salida de su encuentro con Igor lo primero que le ha dicho a Kristian ha sido «buf, todo el rato gritándome». Gritos que, evidentememente, no se han producido. Después en su relato de cómo ha ido la conversación strictu sensu no me ha parecido oírla mentir, pero ya había condicionado todo el relato posterior.

Luego está ese recurso por la llantina cuando ya parece todo perdido, como instrumento, quién sabe si de evasión o de reclamo de atención. Me ha parecido curioso también que después de salir de su encuentro con Igor, ha abandonado la sala del jacuzzi de una manera que nos parecía altiva y segura, pero poco después de ha vuelto a desmoronar. Si la Merino tenía auténtico pavor a ser descubierta por sus compañeros, en especial Alessandro, nos da la impresión que a lo que a Sonia le aterra es la imagen que tiene la audiencia de ella.

Y luego están los factores externos, un Séssar que me recuerda tanto a la hermana de Noemí… Haciéndole aún más difícil el concurso con su discurso incendiario, propagando toda suerte de teorías conspiranoicas sobre complots contra su hermana y montando el show por twitter día sí y día también.

Y también tenemos para armar el combo a un ejército de piradas –también las hay que no, pero ya nos entendemos– capaces de ir a la cinco de la madrugada de un domingo a Guadalix a gritar cualquier chorrada, a subir trending topics como #respetoaSoniaWalls o a atacar inmisericordemente al hermano de Kristian por haber cruzado cuatro palabras con Igor mientras este estaba fuera. Entre otras cosas.

O a escribir SMS como este:

No vamos a coger la parte por el todo, pero piradas –y pirados– de haberlos, haylos.

Así que ya veremos cómo termina esto y esperemos que no sea en un drama como el que vivimos el año pasado con la Merino con un tramo final de programa totalmente desquiciada.

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Atentos estaremos a ver el rumbo de los acontecimientos. Esta noche tenemos gala y repesca de la que nos tememos lo peor. Abriremos la entrada para comentar la gala poco antes de las 22 horas. ¡Aquí os esperamos!

Sed malos.