El Gran Omar

ladrillo obsy txiki¡¡Buenos días, queridos, excelsos, adorados, divinos y maravillosos habitantes de Calcetineros!! (y a los de la gatera también)

Comienzo este ladrillo llorando como una magdalena. Y no, lo que me turba no es el recuerdo de Omar anoche, humilde y emocionado reconociendo en el confesionario que GH le había cambiado la vida para mejor. No. Es que mi peluquera es paulista y ha vertido su odio sobre mi larga melena castaña con reflejos dorados, que ahora luce negra como el azabache. Justicia poética: parezco una auténtica bruja. Yo me lo tomo como lo que es: un castigo divino que tendré que soportar el resto de la edición por deslenguada.

Espero que mis detractores paulistas hayan quedado satisfechos con el sufrimiento que este contratiempo me provoca. Dicho esto, me doy una paseíllo por la Gatera para encontrar más inspiración.

(…)

Al margen de la boutade de comparar a Lidia Torrent con la infanta Cristina y no reconocer que su misión ha sido magistralmente ejecutada a pesar de haber padecido momentos inhumanos debido a la avaricia de la gran mayoría de los habitantes de Guadalix, nuestro Gatete se centra ya sin disimulo en exaltar las virtudes de Paula, obviando que la hawaiana ha estado a punto de (acabar de) enloquecer este fin de semana debido a la impotencia, a la desconfianza y al pánico que en realidad le provocaba la remota posibilidad de perder el acceso a final por el atajo rápido y a perder a su principal aliado, o lo que es peor, que se convirtiera él en finalista ante sus narices tras la pantomima incestuosa que ambos han llevado a cabo. Luis, por su parte, empieza a darle la espalda harto del errático y sobreactuado comportamiento de su hermana del alma, que incluso ha llegado, en un despiste y al calor de la ambición, a verbalizar su  (constante) estrategia: “voy a hacer una cosa, voy a hablarle fuerte (a Lidia) para hacerla saltar”. También él le reveló a ella su papel en el perverso (y divertido) juego, es decir, dejar que los demás creyeran que la valiente colaboradora del DBT podría tener relación con él mismo o Fran.

Preocupá, con la naturalidad que la caracteriza

El engaño ha sido tan perverso como divertido para el respetable, aunque la enladrilladora cree que la recompensa ha sido escasa ya que en algunos momentos ha llegado a temer que Lidia fuera sepultada bajo una montaña de popitas. Pero también ha puesto en evidencia a todos y cada uno de los habitantes de Guadalix, a destacar la sangre fría de Azahara, a la que no le ha dado ninguna fatiga aislar a Lidia, acusarla y acosarla, así como el encabronamiento de Paula, aullando por los rincones que le dolía la cabeza de pensar, o chantajeando a su hermano del alma con el pretexto del cariño bajo el falso manto de los celos. Pura (y descontrolada) ambición. Se libran de mis juicios y prejuicios las primas y Omar. Las primeras por ser las únicas que han tendido la mano a Lidia -especialmente Yoli- y por haber actuado una vez más con naturalidad, cotorreando cuándo, dónde y con quién hiciera falta,que es lo que nos gusta a nosotros; y el segundo por ser tan cándido, que él lo único que quería era devolver a Luis su medicina y lo demás le importaba un pito.  Mención de honor para el patetismo de Fran, cuyo tono retorcido al sugerir que la infiltrada era la gitana de Jony difería mucho del tono de Omar al mencionar la (aberrante) tesis de que Lidia podría ser la querida del apoderado (¡¡…!!), algo que ya le había comentado previamente el de Carabanchel a solas, pero como en ese momento no había testigos, esperó a que hubiera público para indignarse por su honor y amenazarlo con “papeles”, los mismos que él ha firmado para entrar en Guadalix y que implican que acepta las condiciones del juego, entre ellas que se especule con su presunta honestidad. Y aquí debería tachar lo de honestidad. Pues tachado queda.

Pero esta semana la pugna, alentada desde la propia cadena, está entre Paulita y su ex efímero amante. Decía yo a @Libido_Villano en tuiter que a Omar le ha destrozado el concurso la carpeta exprés que formó con Paulita, a mi juicio forzada por ella, que no dudó en seducirlo durante la primera fiesta. Todo buen aficionado recordará a Omar sorprendido comentándole a Vitín que la hawaiana le había tocado el culo. A partir de ahí la naturaleza y la adrenalina del momento hicieron el resto. Sin las consecuencias de esa efímera e interesada relación, tal vez Omar hubiera brillado como lo que es: un chulapón noble como un Miura, ingenuo y poco interesado más preocupado por salvaguardar su orgullo carabanchelero de cani reconvertido en muchacho con aspiraciones que por las gilipolleces que se cuecen en Guadalix. Y la enladrilladora sostiene desde el primer momento que Paulita no tiene un pelo de tonta, aunque en última instancia lo sea porque se le ve demasiado el plumero, aderezado con su insoportable infniti-polaridad (torerín dixit). Precisamente porque no tiene un pelo de tonta y sabe muy bien cuáles son los mecanismos del juego, puso su ojos en el borrico buenazo de Omar, que además acababa de salir trasquilado por enésima de su  relación con Lucía. Lo demás era coser y cantar: consolidar la carpeta previa mamada exprés (o lo que fuera aquello) y a vivir del cuento tres meses. Dos ovejas negras redimidas, pensaría ella, casi como Romeo y Julieta versión Bronx (yo los bauticé como Bonnie & Clyde). Pero alguien decidió joderle los planes para nuestro regocijo. Lucía aceptó, fue a por lo que era suyo (bien jugado, Lucy) y Paulita tuvo que improvisar cambiando el registro a mártir penitente. No negaré que la hawaiana sufrió durante un par de días por su merecido fracaso. Y digo merecido porque tuvo (tuvieron) el mal gusto de exhibir su nueva conquista frente a Lucía con toda la obscenidad del mundo, hecho que contribuyó a precipitar los acontecimientos porque la madrileña se lanzó en picado a recuperar a su chulapón. Cierto es que Omar colaboró, pero la enladrilladora le otorga el atenuante del despecho y reconoce que tal vez sea demasiado indulgente con la chulería del maromo. Líbreme GER de las aguas bravas… Entono el mea culpa, me doy tres latigazos con el cilicio, además de recolocar mi cabello ahora tan negro como mi alma, paso página y me traslado a la noche de las #cuatroputas horas y a las sensaciones que la ex-expareja trasladó al sufrido y nocturno adicto, diga lo que diga el mal bicho de Shaima. La realidad es que se quieren. Mucho. Y cambiar el brillo de Lucía por el polvo de Paula sería una insensatez.

El caso es que Paulita, desubicada, jugó al victimismo y aunque en un primer momento pareció que le asistía la razón, tuvo que buscarse otro apoyo sólido masculino. Como los demás candidatos ya estaban más o menos repartidos, quedaba Luis, que además aprovechó el tirón para arrogarse el papel de quijote. Luego hemos sabido que torerín es más Bernarda Alba y últimamente se le ven maneras de croupier. En cualquier caso la relación incestuosa que mantiene con la hawaiana tampoco le ha beneficiado. Ella, por si acaso, se guarda al niñato maleducado de a Hugo en la manga, porque Luisito empieza a estar cansado de su infinitipolaridad y ya quiere jugar solo. Digo que parecía que le asistía la razón pero después ha demostrado que repite intenciones con Torerín, si bien ha actuado con algo más de disimulo aunque sus intenciones siguen siendo las mismas, incluido lo de inyectar el odio que profesa a Alejandra, que por cierto es igual de espabilada que ella pero en versión real, no fingida. Ambas fueron las primeras que consideraron que Lidia podría no tener que ver nada con ningún concursante.

Gran omar 1
OoommmmaaaaaaaRrrrrrrrr!!!!!

Lo que la enladrilladora desea transmitir a través de todo este tocho infumable es el efecto manzana podrida que transmite Paula en las personas a las que decide enrocarse, que preferiblemente suelen ser de género masculino o similar. Ah, ¡esa femme fatale de pacotilla!  (Nota: enrocarse no es una errata. A la RAE que os mando a dar un paseo)

Al margen de mis juicios y prejuicios sobre los candidatos a hacer bolos por suelo patrio durante un par de años, no me gustaría pasar por alto los efectos que lo del #timogh15 de las pelotas (de Omar, naturalmente) han tenido sobre nuestra estulta pasión. De momento, hemos mejorado todos. Nosotros comportándonos como los borregos apasionados que en realidad somos y ellos enriqueciendo la trama. Sólo faltaría silenciar a la jauría de hienas que vomita mierda prefabricada en el plató. Los mismos que serían capaces de subastar sus bragas o gayumbos usados online. La emparrafadora piensa que sin ellos la productora ahorraría un pico y favorecería al formato, porque el supuesto trabajo que se supone que ellos hacen ya lo hacemos nosotros desde casa y sin percibir emolumentos. Ayer en concreto sólo eran necesarios Jordi, Lidia, Vitín y algún familiar de los reos. El resto era comer palomitas, tuiter y a disfrutar de la noche (mininciso para felicitar a quien corresponda por la perversa idea del juego, la manera de desarrollarlo y también para amonestar a Jordi por quitarle la palabra a la maravillosa madre de Yoli). Si acaso y como excepción, no estaría de más que se le ofreciera púlpito a los exconcursantes, medida inútil, me temo, porque acabarían vendiendo su alma al diablo en función de sus intereses y de sus ombligos.

De todas formas, amados y sufridos lectores adoradores de la noble chulería de Omar, barrunto que en esta pugna por castigar a la insoportable de Paulita por sus fingidos excesos, y aunque nos empleemos a fondo utilizando los cauces legales, es decir, engordando la saca de la parte contratante económica y mediáticamente, decía que barrunto que el carabanchelero perderá esta batalla aunque gane su propia guerra, que es la de la vida, no la de Guadalix con sus efímeras y poco recomendables consecuencias. No veo yo a Omar de viceverso. Ni siquiera lo veo estrangulando a uno de ellos y aquí he de decir que tampoco pretendo enaltecer la violencia pero… pero nada, que me comen los defensores de la corrección política y no quiero ver cómo me arrastran del pelo negro como el carbón hasta el cuartelillo más cercano.

Y es que siguiendo mi nueva línea editorial conspiranoica (¡hola, Maroto!) considero que tras este enfrentamiento entre Omar y Paula, sería más rentable enfrentar a la hawaiana con Alejandra, que a Omar con Luis o con Fran. Que la estampa femenina y tardofranquista del putón verbenero maltratado reconvertido en mártir (y esto sólo es una licencia poética hiperbólica) o aquella otra de la rivalidad entre mujeres es mucho más comercial que los duelos entre (presuntos) caballeros.

No sufráis, que ya empiezo a ver el final, queridos e hipotéticos lectores. Y digo que lo veo porque me espera la peluquera, a la que pienso obligar a invertir el importe íntegro de su cagada en votos contra Paula.

Pero no me iré sin decirle a la histriónica colaboradora que el victimismo sexista forzado no es un recurso ético para lapidar a un concursante a nadie. Las connotaciones subrepticias que se desprenden de ese tipo de ataques son indignantes, sobre todo para las mujeres. Y me refiero a las mujeres que de verdad padecen vejaciones en la intimidad de sus casas, no a las que provocan estos episodios en Guadalix, Belén. Porque la reacción de Omar al proferir una realidad molesta como insulto es directamente proporcional a  la mezquindad de Paula al atacarlo por sus defectos físicos. Ambos actúan con rencor y vulgaridad.

Gran omar 3
Dedicado

Otrosí: Expulsar a Paula no es sólo un deseo que nace del “odio” puntual e injusto que desarrollamos durante esta divina locura. Independientemente de la antipatía que despierta en virtud de su calculada  y cansina actuación, su personaje ha caducado. Ya no es capaz de sorprendernos aunque Elsa Anka la defienda “por los momentos maravillosos de que la quieres estrangular” (sic). Que le pregunte a su hija, que se quedó alucinada cuando, oh, casualidad, se deslizaron unas imágenes en las que Paulita interpretaba su papel de buena de rigor interesándose por su estado emocional para contrarrestar los efectos de su cabreo monumental. Una pena que no se emitiera una selección de imágenes de la tarde, en las que Azahara y Paula torturaban piscológicamente a la pobre Lidia sin compasión. No obstante la enladrilladora tiene la sensación de que la aspirante a actriz o psicóloga -no ha quedado claro- no pudo explayarse en sus afectos por alguna razón. Aun así rompió una lanza a favor del vilipendiado Omar y naturalmente habló bien de Yoli, que es la única que derrocha humanidad y verdadera inocencia.

Por otra parte lo de Azahara y su psicología inversa es de manual. Tanto como sus deseos de ganar los 300.000 pavos para irse a Nueva York a plantar un huerto de pepinos y mandar al carajo al DJ, al primo y a quien haga falta. La malagueña, guapa, dulce y mimada por la vida está acostumbrada a usar su presunta sensibilidad sensiblería como arma infalible para salirse con la suya. Pero es escarbar un poco y salir una vendedora de pescado de la lonja malagueña.

Copypasteo un parrafillo sobre reactancia o psicología inversa extraído de la wiki para ilustrar mis profundos conocimientos sobre el particular:

“La gente que utiliza la «psicología inversa» (también conocida como técnicas de intervención paradójica) está utilizándola, y tiene conciencia de ello, al menos informalmente, al intentar influir en alguien al expresar lo contrario de lo que desea obtener. Este es un método utilizado frecuentemente en fraudes o para efectuar ventas poco éticas, manipulando al consumidor para que elija una opción que no necesariamente elegiría usando la lógica.”

¡Uy!

Sed pacientes, adorados e hipotéticos lectores que esta vez es verdad que empiezo a terminar.

La enladrilladora tiene la sensación de que Omar es un Miura noble que ayer fue indultado por la propiedad debido al eco de nuestro rebuzno (¡o lance!) colectivo manifestado en las redes a través del HT #timogh15 a pesar de que algunos miembros de la parte contratante se empeñen en negarlo. Sin embargo, aunque el morlaco haya sido temporalmente indultado, no me fío yo del ganado, pero sobre todo no me fío del ganadero. Que yo soy más de Torrestrella y me disculpen los animalistas por este torpe intento de metáfora.

te como la calva
te como la calva

Nos queda el consuelo de saber que conserva el rabo intacto tras la faena. Ayer en el confesionario, el chulo de Carabanchel bajó la guardia y derramó emocionado unas (conmovedoras) lágrimas. Independientemente de la diferencia que existe entre él y sus compañeros al manifestar sus sentimientos, a él sí que le ha cambiado la vida GH… para bien. De momento lleva dos premios: recuperar el amor de Lucía y su hermano.

Hasta al súper se le cayeron las babas.  A su voz me remito.

Hale, sayonara!!

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Acerca de Obsy

Enladrilladora oficial de la Calcetinería. Un coñazo, pero en tuiter no me dejan pasar de 280 caracteres y aquí sí.

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