La última conspiración

Advertencia: Todos los hechos relatados a continuación son pura ficción. Cualquier parecido con la realidad puede no ser una casualidad.

Crónica de realities. Periódico The Washington Sock. Miércoles 23 de diciembre de 2015.

Por fin llegaba el último martes de concurso con una expectación inusitada. Lo que se supone que sería un Límite 48 horas, se iba a convertir para los habitantes de la casa de Guadalix de la Sierra en la Gran Final de Gran Hermano 16.

Para no estropearlo, ”conectamos con la casa”, comenzaba exclamando Mercedes Milá al inicio del programa dando paso a la conexión en directo en la que saludaba a los tres nerviosos aspirantes al maletín y ,sin más preámbulos, anunciándoles: ”En los próximos treinta minutos se decidirá quién de vosotros tres no ganará esta edición de Gran Hermano 16 en la que nada es lo que parece. Como siempre, son los espectadores del programa los que tienen en su mano la última palabra”. Haciendo así un último esfuerzo -por mor del guión acostumbrado- por alentar el voto.

Así que la última palabra quedaba en manos de la audiencia. Expresión curiosa debida seguramente al subconsciente traidor de uno de los guionistas.

En ese momento se activaba el cronómetro con la cuenta atrás en pantalla, mientras Mercedes se despedía de ellos: ”¡Hasta dentro de media hora!”.

A continuación, ella pasaba a un segundo plano dando la bienvenida a Jordi González. ”Maldita sea tu estampa, Alvarito”, debió de pensar la Milá al tener que presentar al verdadero conductor del programa nocturno y alevoso, aunque, como profesional del medio, se lo calló.

Entraba así Jordi en plató, entre aplausos divididos despidiendo a una y saludando a otro.

”Gracias, Mercedes, para mí es todo un honor contar con una maestra de ceremonias como tú”, espetaba Jordi sin mayor emoción y, en el mismo tono anodino, presentaba a los sospechosos voceros habituales -Belén Rodríquez, Ion Aramendi, Marta López…- así como a los no menos habituales frustrados concursantes -Suso, Amanda, Quique…- de esta edición.

Y aquello se convertía, en menos que canta un ave de cresta roja, en el ordinario corral donde gallinas cluecas y gallos de pelea ofrecen el usual espectáculo horrísono, tan del agrado de Vasile.

Mientras tanto, en la casa se percibían los nervios de los aspirantes a penúltimo reventado en las continuas idas y venidas a ninguna parte de un sombrero pegado a un hombre y en los constantes cambios de postura de la contorsionista circense y de la otrora postulante a gimnasta rítmica de élite. Ni el canal que ofrece las 24 horas en directo ni el programa sorprendían un ápice hasta el momento.

Simultáneamente, en las redes sociales se apostaba por asuntos más triviales y jocosos como: cuánto tiempo tardaría el coche que llevaría a Niedziela en llegar a plató, o si perdería el rumbo terrestre (o marino, según se quiera entender); o si en la entrevista dejarían intervenir a Vera; o si este último ha decidido emigrar, dado que en Big Brother México cuentan más con él…

Llegados a este punto es obligado comentar que, hace ya un tiempo, los votantes no pican y que, por ende, las estancadas cifras de participación preocupan a los responsables del formato. Parece que las recargas en favor de uno y de otra se han agotado, mientras que las/los fans de la tercera en discordia han desistido asumiendo su derrota. Pero, como en todo buen negocio, la pela es la pela. Y si se niega a venir, hay que ir a buscarla…

Y, entre tandas interminables de anuncios, dimes y diretes de las/los Galliformes, viajes del sombrero, posturas aún no recogidas en el Kamasutra, guasas twitteras y elucubraciones varias -porque ya sabemos que en esta edición nada es lo que parece-, la cuenta atrás llegaba a su último minuto.

Mercedes volvía de nuevo a plató, un tanto abochornada aunque sin parecerlo, recibiendo la bienvenida desaborida del insulso presentador, que se situaba en un segundo plano chupando cámara y pidiendo gestualmente calma al gallinero mientras la invitada procedía a la nueva y decisiva conexión en directo de la noche. No sin antes guardarse otra joyita para sus adentros: ”Alvarito, me las vas a pagar”.

”El público con sus llamadas y sus mensajes al 27450 ha decidido que debe abandonar la casa… ¡Sofía!”.

Antes de que el público o los espectadores reaccionaran, la Milá hacía mutis por el foro (nada que ver con hacer el Muti). Mientras desertaba, no se contenía y susurraba a Jordi: ”Ahí te quedas con la patata caliente. Ja. Y piensa en otro nombre, el notario Camuñas ha sido contratado como secundario por la cadena amiga para grabar la nueva temporada de Vis a vis”.

Todo lo sucedido después es poco o nada relevante. Como ya comentaba, la última palabra quedaba en manos de alguien…

Fdo: El Calcetín de Washington

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