Sofía

Dicen que no tenemos que hablar del pasado, que no tenemos que juzgarla por su vida anterior ni por los fantasmas de su pasado y que debemos centrarnos solo en el concurso, ese concurso que nos ha permitido conocerla.

Y es que esa es la magia de GH, que nos permite analizar la vida desde una pantalla. Su pasado nos deja entrever sus temores y sus heridas, esa obsesión porque nadie la vea vulnerable. Intenta desdramatizar situaciones y quitarle importancia a hechos graves para que no sintamos lástima por ella. Pero yo la siento, y no es victimizar. Simplemente es empatía, es entender y es ponerse en la piel de esta chiquilla que todavía es casi una adolescente.

Ojalá fuera más mujer, ojalá tuviera más años de vida a sus espaldas, ojalá fuera capaz de controlar sus emociones. Ojalá fuera más cabeza y menos corazón, ojalá pensara más en fuera, en cómo se ve todo, en los vídeos, en las situaciones que le hacen quedar mal. Ojalá actuase como esperamos todos, sin mirar a Suso nunca más a la cara. Pero entonces no sería ella.

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Tal y como la vemos: ingenua, libre, apasionada, fuerte y débil a la vez, chula, divertida, carismática, caprichosa, leal, sensual, verdadera. Ella se define como una pringada (la otra noche no paraba de repetirlo mientras lloraba, por ese amor que roza la obsesión y que no es correspondido).

Debería haber pasado de Suso, tendría que haber ido de digna y no volver a hablarle ni mirarle a la cara, sí. Pero cuando dices que si “te mira y es como si se parase el mundo”… ¿qué se supone que hay que hacer?

Puedes preparar tu corazón para no sufrir y no arriesgarte, es mucho más fácil, por lo menos en apariencia. Pero entonces te abstienes de vivir. Y vivir también es eso, intentarlo aunque no salga bien. Porque a pesar de todo, la vida también es arriesgarse. Y si hay algo que Sofía hace siempre es arriesgar. Es ese tipo de concursante que solo vive y solo siente, sin tener en cuenta las cámaras y sin ser del todo consciente de dónde está. Ya lo dijo ella “yo es que aquí muchas veces me olvido de que hay cámaras”. Al final está construyendo su concurso a base de errores, defectos, aciertos y virtudes. Y es así como son las personas reales, porque simboliza lo que eres. Se implica en todo, es deliciosamente apasionada y eso la convierte en alguien apasionante.
Tiene esa hermosa mezcla de joven locura y de sabiduría dulce. Las ganas de compartir, de sentirse querida, de querer y que la quieran y la necesidad de soledad. Esos ingredientes la hacen una persona interesante, a veces es difícil de entender, pero es profundamente lista. Todos hemos tenido un amor no correspondido, un amor que eligió a otro antes que a nosotros y nadie nos hemos muerto por eso.

Ella es mucho más que eso, porque precisamente ese amor es lo que le hace cometer más errores, ser una kamikaze porque siempre nos acordamos de la tan manida dignidad. Yo es que no creo que alguien sea más digno o menos por desnudarse y enseñar lo que siente. Le doy las gracias por ser real, con sus luces y sus sombras porque tiene la capacidad de sorprendernos.

Porque nunca sabemos cómo va a actuar y así son las personas que enganchan en este programa… las imprevisibles. Las auténticas, las que caminan de puntillas entre la línea invisible del error y la libertad. Del acierto y el miedo.

Extra bonus: Aritz hablando en sueños. Hoy @gh_seguidor nos trae unos vídeos de esta madrugada de Aritz hablando e interactuando en sueños. Había un momento en que sus compañeros no sabían si estaba dormido o despierto. Al final han hablado con él. Cuando menos, curioso.

Vídeo 1

Vídeo 2

Vídeo 3

 

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Acerca de Astrid

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