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¿Hetero-curioso?

Lo primero, pedir perdón por a varios compañeros del blog, porque les había prometido un texto diferente y más ameno a cerca de GH. Será otro día.

Lo segundo, perdonar por algunas expresiones vomitadas en el texto, porque ahora mismo me siento como un animal salvaje herido de muerte panza arriba lanzando zarpazos a la desesperada.

Estoy hasta las narices de que se critique a Aritz por inercia y con alevosía. No importa lo que haga, ni cómo lo haga, es todo mentira, es un falso y está haciendo un papelón. Desde el minuto uno ha sido el “don perfecto” para muchos de sus detractores como forma de crítica. Pero exactamente eso ha sido su invento, incoherente totalmente, porque a los que nos ha gustado desde el principio, hemos visto más allá y os aseguro que Aritz de perfecto tiene muy poco. Se ha equivocado miles de veces dentro del concurso.

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Hay cosas que se pueden explicar, otras pueden parecer ser parte de un guión y otras donde no tenemos la más pajotera idea de lo que puede pasar por la mente de una persona. Pero como siempre nos atrevemos a dar por sentado cosas que desconocemos, porque no estamos dentro de esa mente. Y las mentes de las personas no son lineales, blancas o negras. Lo que ocurre en lo profundo de cada ser tiene tantos claros-oscuros, subidas y bajadas, emociones encontradas, dudas, temores y desaciertos, que os aseguro que todos somos carne de psicólogo.

Y más aun en una casa encerrados durante tres meses, conviviendo veinticuatro horas con las mismas personas, donde las únicas escapatorias están en un “super” que dudo que le guste aguantar las comeduras de cabeza de nadie, un grupo de psicólogos que hacen de colchón emocional y un “me voy de la casa” pero pagando económicamente las consecuencias. Que más de uno se hubiera ido si no fuera por la multa económica que tienen firmado en un puto papel llamado contrato.

Que no le gusta poner etiquetas. Porque a él es el primero que se las ponen. Porque seguimos viviendo en una sociedad donde existe el rechazo a lo diferente. Donde según qué ocasiones y el contexto, me incluyo. Y eso Aritz lo sabe. No tiene nada que ver ser uno mismo con tu grupo de amigos-conocidos, que desnudar tu alma delante de unas cámaras a tres millones de seguidores del programa. Con toda la repercusión que tendrá por toda España tus acciones. Solo hay que ver las redes sociales. Donde te desangran con tus palabras, imágenes y todo aquello que haya quedado archivado digitalmente. Para luego hacer cutre montajes donde destapar la “realidad” de tal o cual concursante. Verdaderos pulitzer de investigación profesional oiga.

Y lo del martes por la noche fue de traca. A Han se le fue la cabeza y como buen pikipiki dispuso todo el arsenal del que disponía para hacer daño a Aritz. Chico, que si Aritz te dice que no digas nada, es por secreto de alcoba, que a nadie le importa una mierda si hacéis o dejáis de hacer. Fue patético, humillante y denigrante para tu supuesto “amigo”. Y a sus espaldas, sin dejar que se defienda. Como has estado haciendo durante todo el concurso.

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Hubo una vez que Aritz hizo lo mismo contigo, (aquí como si el chino me oyera), y dijo delante de todo el mundo que te habías acostado con hombres de setenta años y te pusiste hecho una furia. Pero lo hizo delante de ti y no por la espalda. Y este ha sido un error que habéis cometido los dos desde la primera discusión. Si en algún momento te hubieras sentido “acosado”, “supeditado a las órdenes de Aritz” o sentido violado como un niño adolescente por un pederasta (palabra usada por Sofia) haberlo mandado a la mierda mucho antes de que nada de esto hubiera sucedido.

Recuerda que desde el minuto uno te ha dicho que no quiere nada contigo, es suficiente para darte media vuelta y no volver a insistir. Y cuando lo consigues resulta que es un aprovechado, que te está engañando y que te sientes fatal por ello. ¿Pero que me estás contando? ¿te crees que somos gilipollas?, que bien te ha ido hacerte la víctima durante todo el programa. Eres una Paula, repitiendo el mismo guion del año pasado.

Y tú Aritz, has cometido el mismo error, ¿Cuántas veces has dicho que es un amigo tóxico?, ¿Cuántas veces has dicho que no volverías a dirigirle la palabra y has vuelto a caer en lo mismo?, ¿cómo te lias con otra persona teniendo alguien especial fuera?, ¿y aun pensarás que ella/el no sabrá lo que has hecho, que te va a perdonar? Te mereces lo que tienes, por no hacer caso de tus primeras impresiones, por hacer aquello que dices que no harías y faltar a tu propia palabra.

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Habéis entrado los dos concursantes en bucle hasta que al final uno ha conseguido lo que quería que era liarse con el vasco. Y el otro ha conseguido errar en ocultar su “etiqueta” de bisexual y lo ha destapado todo de la manera más errática posible. Porque si alguien cree que todo esto es un papelón porque le beneficia en la final, yo no veo el beneficio por ningún sitio porque está quedando como el culo. Y si es una estrategia que resucite Napoleón para darle un par de buenas ostias al Vasco porque no se entera de la misa la media.

A estas alturas poca defensa tiene uno u otro. Más allá de que sea favorito de alguien, lo que veo totalmente correcto y coherente (aunque no tiene por qué ser compartido) porque todos podemos ver (o ignorar) lo malo y lo bueno para hacer balanza y saber si te compensa o no te compensa.

 

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Y que le den a T5.

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Yo pikipeo

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GH 100%

Ayer asistimos de nuevo a una gala de GH soporífera y mal llevada, en la que como suele pasar estos últimos años, no se cuenta lo que ha ocurrido en la realidad del 24 horas ni por casualidad, dándole el protagonismo a la supuesta «homocarpeta» favorita de la parte contratante, esa que nos aburre soberanamente y que nos intentan meter con calzador como la esencia del amor entre dos personas del mismo sexo, un amor distinto y sin etiquetas….¡y una mierda!

Bueno a lo que iba, que la mala hostia me pierde y empiezo a parecerme a la rubia esa de cara de caballo que sólo sabe dar rebuznos en los platós, si esa, si, la plastidecor, ¡RISAH!

Por desgracia hubo dos expulsados, del primero ni me acuerdo, mala memoria la mía, y la segunda fue la gran injusticia de la noche, esa persona que nos hacía reír con sus locuras y sus trabadas, esencia pura de GH, vibrante, emotiva, amiga de sus amigas y sobretodo auténtica, una loca adorable que vivía al límite, disfrutando de cada segundo sin frenos, iba de kamikaze sin red de seguridad, y todo eso, lo bueno y lo malo, hizo que muchos nos quedásemos atrapados al directo durante horas porque ella lo era todo, ella era sin ninguna duda y en letras mayúsculas MARTA.

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DIVA

Reconozco que no empezó con buen pie, era nuestra Dramarta, demasiado intensa para ser real, cada vez que ponías el 24 o estaba llorando o a punto de hacerlo, pero con el tiempo ella se fue adaptando a la casa y conquistándonos a muchos.

Fue una de los pocos concursantes que tuvo conversaciones con Maite la primera semana, algunas de ellas tremendamente divertidas, no sólo la criticó, y cuando tuvo que enfrentarse a ella a la cara lo hizo; mucho se dice de su falsedad, pero la realidad que vemos muchos es muy distinta, lo dijo todo cuando tenía que decirlo y sí, a la cara de sus compañeros y en el momento preciso.

Además, se enfrentó como sabemos a la Repescada, a la que ganó, si asúmelo ya, a la Miramuertos y la otra, la bajita, que tampoco recuerdo sus nombres -será el Alzheimer- por falsas, y a la Plastidecor, que creo que caló mejor que nosotros mismos, que la empezamos a conocer como la gran reventada de esta edición ahora que está fuera.

Se le ha acusado de ser la reina del PIKIPEO, pues bien, yo no me imagino qué haríamos nosotros si estuviésemos 24h encerrados en una casa sin televisión ni lectura ni nada que hacer la mayor parte del tiempo, ¡ya sé!, ¡hablar de la teoría de cuerdas!, es más, nosotros cuando estamos hartos de nuestro jefe o tenemos que tratar con alguien que nos cae mal, nunca, nunca hablamos de ellos con nuestros amigos para desahogar, ¡nunca!, por eso yo quiero confesar, sin que me de ninguna vergüenza, que YO TAMBIÉN PIKIPEO, porque critico y me desahogo, porque no soy una vinagres amargada sino que me divierto, ¡deténganme por ello!

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La queremos porque se pringa, literalmente

Aún hablando mucho de los demás con sus amigas, (sí, amigas de verdad, cosa rara en GH sí, pero no todos van a ponerse zancadillas por el maletín), cuando tuvo que soltar sapos y culebras por esa bocaza sin medida que tiene lo hizo, y dijo exactamente lo mismo que decía en privado, es lo que tiene, es auténtica. Incluso a sus amigas, sobre todo a Sofía, les ha dicho sin tapujos lo que pensaba cuándo se estaba equivocando, para mí eso es de buena amiga, ojalá las mías sean como ella.

Sé que por twitter se ha hablado mucho de sus comentarios cuando Sofía no estaba delante sobre ella, pero para los que sí que vemos el 24 horas más de lo que debiéramos, sabemos que eso se lo decía a ella sin problemas y Sofía lo aceptaba, ni peleas ni falsedades, amistad con todas las letras.

Recordemos, además, que en la famosa discusión Suso-Vera, ella fue la primera en tener reflejos para parar a Suso y la primera en echarle la bronca y decirle cuatro verdades, a la cara, sin miedo, porque sabía cómo era Suso, que sólo había perdido un poco los papeles, nunca lo vio agresivo, es más, es una de las pocas que no pidió su expulsión disciplinaria.

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Con este momento nos encogiste el corazón a muchos

Pero quizás una de sus mejores partes, la más humana nos la dio hace poco, cuando hizo que Lester y Marta fueran TT, cuándo desnudó su corazón y nos contó su historia con Lester, a los espectadores y a sus amigas, como si de una buena telenovela venezolana se tratase. En esa historia que contaba con su habitual histrionismo, nos deleitó con drama, risas y amor, ellos destilan amor por los poros, el de verdad, el que hace que me muera de envidia. Os deseo lo mejor a los dos, que sois una gran pareja, con o sin anillo, pero no me cabe la menor duda de que ese anillo llegará pronto, se os ve en los ojos.

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Gracias por hacernos disfrutar tanto en momentos como éste

Tampoco me quiero olvidar de una de las mejores partes de esta concursante, la Marta loca, la que se divertía, pero sobretodo nos divertía a cada momento, con sus teatros y sus locuras, sus juegos, sus charlas y sus salidas de tono, cuando se juntaba con Han o con sus embrujadas (Sofía y Niedziela), o incluso con Carlos y su baile mutuo de zascas llenos de cariño, es algo que no puedo describir, es Marta en estado puro, una grande del entretenimiento televisivo, con frases como cuándo Sofía le dice que se aburre «tía yo también me aburro, pues hazte un dedo tía», o cuando Niedziela está hablado de ir a Eurovisión toda convencida y le dice: «Si tú te lo crees, yo también», o ayer mismo cuándo las tres estaban emocionadas despidiéndose las unas de las otras y con una mascarilla en la cara, ella les sacó una sonrisa apuntando ese hecho cosmético y sus pintas.

Sólo me queda decirle a Marta que gracias por todo lo que me ha dado durante estos meses, que me ha hecho reír a carcajadas y me ha puesto los pelos de punta con algunos momentos emocionantes, gracias por ser una concursante del Gran Hermano de verdad, por llenar la pantalla ella sola, no necesitaba a nadie más, por esos confesionarios tan divertidos y sinceros, por esos momentos hablando con su mini-Marta, por vivirlo a tope sin miedo a nada, en definitiva, por ser ella misma, millones de gracias.

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Sexo, mentiras y batidos de proteínas

ladrillo-obsyA estas alturas de la edición yo ya me he acostumbrado a Carlos, aka Scarlett por su parecido con la rubia remaciza. Me he acostumbrado a su mala baba, a sus comentarios venenosos, a su misoginia, a sus manías y a su aversión al desorden. Carlos me recuerda al personaje masculino de «Durmiendo con su enemigo», un tío cuadriculado, obsesionado con el orden hasta la patología pero en versión marujil, porque el chiflado que torturaba a Julia Roberts por lo menos era varonil. El novio de la mejicana es más fenotipo vecindona criticona-mala-de-narices. De las que tiene la casa llena de mierda, sube al 5º a pedir sal, asoma las narices por la puerta y acto seguido baja al 2ºB a pedir perejil y a poner verde a la del 5º.

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Scarlett en plena cura de sueño

Ahora recuerdo con nostalgia -y con una sonrisa en los labios- cuando la parte contratante tanteó la posibilidad de que el presunto putón verbenero de la edición cumpliera con lo que se esperaba de ella y atacara al irritante camarero. La pobre criatura, que va de femme fatale liberada y tal porque es lo que le han metido a las cabezas de chorlito con tetas y menos de 20 años que devoran las nuevas formas de cultura, decía que la pobre criatura afirmó que era una robanovios, o que no le importaba serlo o vaya usted a saber, que mis citas no son literales. Se limitan a la impresión que dejan en mi memoria. Y como está muy pero que muy buena, se lo pasa todo por el forro, dice digo donde dijo Diego, hace otra cosa distinta a Diego que tampoco es lo que dijo y para colmo es hija de Maite, el borreguerío enfurecido, sobre todo el femenino -probablemente el sector menos agraciado- y el sector masculino que no se calzará una morena parecida a la navarra ni en sueños, cargan contra ella sin compasión.

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Sofía, la impredecible y libre -que no liberada- Sofía, pasó de Carlos y dejó una vez más tiradas a las manos oscuras que de momento le dan de comer. Scarlett tampoco estaba por la labor, que su mejicanita con posibles es un pasaporte a ser ciudadano del mundo, así que si se le pone morcillona cuando mira a la pamplonica opta por ponerla a parir con mantras machistas fruto de la mala leche que suele provocar la impotencia. Si quedaba alguna duda, la enladrilladora, que adora la antropología de pexiglás, completó el círculo que cuadra la percepción sobre Scarlett cuando vio a su padre en acción, sentado en el filo del sofá del salón de Guadalix como una rapaz a punto de saltar en cualquier momento para conseguir la inmunidad que Raquel Sánchez Silva había dejado depositada en un sillón del dormitorio. Él y el otro elemento, el hermano argentino y desinflado del canario que provocó la caída de la (ideal) hermana de Vera, el quedabien de la edición que, mucho ojo, se nos cuela en la prefinal con dos cojones, hecho que confirmará que mi abuela lleva razón cuando me dice que me muerda la lengua, apriete el ojete y sea amable con todo el mundo, que así no voy a llegar ninguna parte.

Pero decía al empezar que ya me he acostumbrado a Carlos; y no sólo eso: también valoro su coherencia ya que es de los únicos que ha seguido un patrón de comportamiento ‘normal’ durante su encierro, independientemente de lo irritable que pueda llegar a ser, porque a pesar de todo Carlos tiene el mérito de haber permanecido impasible ante los infinitos intentos de la parte contratante por manipular e influir en la experiencia de los aspirantes a hacer bolos por los platós patrios. Es decir, Carlos es un concursante ‘normal’. Se le odia o se le ama, aunque aún no hay pruebas tangibles de esto último y dudo mucho que las haya en virtud de su insoportable carácter, pero no es ambiguo ni sospechoso de interpretar ningún papel. Le influyen los acontecimientos y reacciona de manera previsible, como es natural: tiene mal genio, no puede vivir sin laca, hace pandilla con otros (hipotéticos) machos para largar de las féminas y protesta por todo. Y así ha sido durante todo este tiempo, sin sobresaltos ni giros dramáticos.

Sirva toda esta larga introducción para entrar en materia aunque @balzacgh en su blog ya lo ha descrito con nostalgia:

«(…) el plató aplaude mientras el ojo de Gran Hermano deja caer una lágrima»

Exquisito Balzacgh.

Explicaba con acierto el otro día mi imprescindible (enemigo) David Cano en su entrada -insisto en que jamás cito de manera literal no vaya a ser que me monte otro pollo tuitero que hoy ya he cubierto el cupo con el Pollito Volador- que la parte contratante, ávida por no dar lugar al vacío que asoló el tramo final de la pasada edición, no paraba de crear tramas sobre tramas de forma que no nos daba tiempo de digerir, ni de disfrutar ni de ver evolucionar una cuando ya teníamos otra propuesta en pantalla. Así, por ejemplo, se fabricó la falsa idea de que Sofía podría seducir a Carlos, pero la navarra dijo Diego en lugar de dónde por enésima y hubo que introducir a toda prisa al primate canario para animar el cotarro ya que la rentrée de Raquel prometía. Pero tampoco salió bien. Falló también la (presuntamente) recatada Niedzt porque no le gustaba el pesado de Vera y porque ella aspira otra cosa. Fue entrar junto a bienqueda catalán, interrogarlo en el primer minuto y perder todo el interés. Que a ella le gustan Alonso y Pablo, vamos hombre. Nada que reprocharle, no hay nada más que ver el lenguaje corporal de Vera al manifestar sus pusilánimes cariños para salir por patas, que es lo que hará la ambiciosa mejicana remaciza cuando rentabilice su paso por BB Méjico. Todo esto y más, aderezado con secretos, misterios, juegos de inmunidad para hacer propaganda de lo que tocara, incluida la puñetera caja con pase directo a la final que, por cierto, ha resultado ser otra tomadura de pelo. Ignoro si todo esto está debidamente guionizado y estudiado, el caso es que esta cansada enladrilladora tiene a veces la sensación de que se improvisa en función de un abanico de variables que podemos intuir. Improvisar cuando algo no funciona no tiene por qué repercutir de manera negativa sobre nuestro adorado formato… si se respetara lo que algunos denominábamos la ‘esencia de GH’. Para los puristas, entre los que me encuentro, hay dos violaciones flagrantes: el constante chorreo de información del exterior mal gestionada que confunde a los concursantes y provoca cambios de táctica infumables, y la cansina (y legítima) moda (o necesidad) de rentabilizar el formato y retroalimentar la parrilla telecinquera durante una temporada con las remanidas historias de esta pandilla de incautos, que no sólo están dispuestos a hacer bolos por las discotecas patrias, sino que además no tienen inconveniente, es más, aspiran a darse de hostias por los platós con cualquiera que se preste a cambio de un puñado de eurillos y muchos followers.

La emparrafadora puede entender que esto es un negocio y que el perfil del telespectador ha variado, pero algunos estamos hasta las narices, por no escribir el coño y ya lo he escrito, de ver tíos con las cejas depiladas enganchados a los batidos de proteínas medio en pelotas, pansexuales luciendo felpudo y jugando a la ambigüedad, chinos saltarines, presuntas divas repostizas que repiten coletillas hasta la hartura o lo que toque, todo ello bien premeditado con el objeto de no pasar desapercibidos, que hay que sobrevivir después de Guadalix. Para colmo las tramas preferidas por la parte contratante suelen estar relacionadas con el intercambio de fluidos, las cornamentas propias o ajenas y la sexualidad, por citar ejemplos sencillos, que este año nos han cambiado al transexual por un pansexual y yo lo que quería era un hermafrodita y mi torero de rigor.

Quién me iba a decir a mí que llegaría a sentir nostalgia por los días y las  noches vacías que nos dieron los petardos del año pasado. Y es que era tan emocionante esperar -en balde- a que el primo surfero le rozara el muslamen a la bella Azahara…

No faltará quién diga que el VIP tiene un ritmo trepidante y nos lo merendamos tan a gusto. La diferencia estriba en que aquellos son profesionales del chusquerío y estos sólo son aprendices… de lo mismo, el caso es que GH se ha convertido en un máster de figurantes de platós de telecinco. Lo de los  desnudos en Intervíu no lo miento (de mentar) porque es un clásico y habíamos quedado en que yo era una purista. Y además el VIP es en invierno, que es largo y frío y se está mejor en casa viendo a Raquel Bollo fregando los cristales de Guadalix, por no mentar la posible entrada del pequeño Nicolás. Y aviso desde ya que iría con él a muerte.

Debo ir terminando, del verbo terminar, porque pasado mañana me espera un water taxi en la quinta puñeta y aún no he elegido qué bragas llevarme, pero no lo haré sin darle el rutinario repaso a Aritz. Mientras yo redactaba esta diatriba infumable se ha vuelto a enfrentar al chino. Esta vez ha tocado una retahíla de insultos e improperios en los que además de exaltarse él mismo, dechado de virtudes y perfección, naturalmente, ha vuelto a insistir en el papelón que hace Han, en lo listo que es, en que lo deja mal adrede. Y es que se cree el ladrón… porque él es quien desea utilizar al divino chino para lucirse. Y bien que se luce el farsante del sombrero cuando alguien lo contradice y aflora su esencia cargada de complejos y de mala hostia. Sobra decir que el chino no puede comportarse como es él sino como al vasco le venga bien. Pichín debe hablar de las cosas que le gustan al vasco, de los temas que domina, de arte, cultura, solidaridad, de justicia divina y del vuelo de las moscas vascas. Y es que Aritz es un tirano con un afán de protagonismo tremendo parapetado bajo un sombrero que por cierto le queda fatal. Sin embargo, su presunto snobismo, su ambigüedad, su palabrería cargada de demagogia y toda su pose se diluyen cuando habla sobre discuRsiones y tRASgiversaciones. Y esto sí que es literal. ¿A quién quiere engañar? De todas formas mañana Merceditas volverá a quitar hierro al asunto y nos recordará media hora antes de cerrar los teléfonos que los insultos, las discusiones y las humillaciones constantes son cosas que pasan entre amigos, novios o pansexueles. Y me juego el importe íntegro de mi sostén de Ali Expréss a que el inefable Jorge Javier, que entra en la casa esta noche, le lanzará un par de cumplidos al vasco en directo para movilizar a la borregada que mueve él, que el cliente lleva siempre la razón y al parecer, Aritz, que va de pobre y analfabeto mediático de la vida estuvo apuntado en su escuela de canto. O sepa GER.

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¡Qué asco da todo a veces!

Por otra parte el chino va cuesta abajo y sin frenos. Por suavón. Está claro que es un chico listo, aplicado, divertido, histriónico y exótico. El lo sabe y hace bien en explotar sus posibilidades, sólo faltaría. El martes abrió la dichosa caja que daba paso directo a la final. Fue una maniobra extraña porque estábamos con la publicidad y en el directo se enfocaba otra zona de la casa. Pero Han, en lugar de saltar y hacer aspavientos como la locaza divina que es apenas se inmutó. Esta cansadísima rebuznadora siempre ha sospechado que algo raro flota en Guadalix. Tal vez sea por el pùñetero «Shhh!» que se han inventado como hilo conductor para volvernos locos a todos o por la falta de sueño que por cierto ya nos está pasando factura a todos los adictos a este despropósito. Basta darse una vuelta por cualquier red o medio especializado en GH y leer a los sufridos amantes del formato a hostia (virtual) limpia, irritados, irritables e irritantes. El caso es que Han apenas se inmutó,  tal vez porque es tan listo que es consciente de que la condición de ‘ser finalista hasta que se vote en positivo’ es una estafa o tal vez haya algo más, pero lo que le pasará factura al dulce y divertido chino es su frialdad para mentir (de mentir, ahora sí) a sus amigas del alma que como es lógico sospechan que la abrió. Pero Pichín miente sin despeinarse y además inventa una historia paralela creíble dentro del caos que viven estos incautos y al punto de la información exterior me remito. Y es que además de negarlo rotundamente ha sugerido que la caja de los cojones, con perdón, la ha podido abrir alguien de fuera. Y estos pobres ya están tan contaminados y confundidos que cualquier cosa les hace dudar. Tanto como a nosotros, ojo.

Y ahora sí que me retiro, queridos calcetineros. No sin recordar que el voto en positivo y las prisas favorecerán la salida ‘por descarte’ de Ricardo, que a pesar del ridículo que hizo ayer echándose mano a la bragueta para justificar un comentario de mal gusto, quizá sea el único que razona con cierta normalidad, aunque lo haga en tono soporífero y con voz  de mamut. Los seguidores de Sofía se equivocan al tener como objetivo al canario. Con los teléfonos abiertos para votar en positivo no pondrá en peligro  la continuidad de la navarra, que por otra parte es dueña de un magnetismo incuestionable. Pero de ella hablaremos largo y tendido otro día. Todavía no toca por la sencilla razón de que no le ha hecho falta.

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Anda, Jesuso, tontorrón, que todavía no te lo cress

Hale, sayonara!!

pd.: la imagen que ilustra la portada de esta entrada es de  . ¡Gracias!
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Black Monday

ladrillo-obsyBuenos días, tardes o noches, queridos, amados, y aguerridos calcetineros. Aguerridos he escrito y hasta aquí voy a mear fuera de tiesto, que los trapos sucios se lavan en casa y se tienden al sol cuando están limpios.

Seré concisa e iré al grano por una vez.

Con Marina amamantando a Juanito en Motilla del Palancar y Jesuso pasando el cepillo por los  platós de nuestro amadísimo tele5, nuestro pasatiempo favorito se ha convertido en una suerte de carrusel que gira en torno a una sobredosis de matrimoniadas impostadas (a mi juicio) y de una carpeta forzada, que a lo mejor no lo es tanto porque son jóvenes, atractivos y se aburren como mandriles y qué otra cosa podrían hacer allí encerrados mientras arañan un salario decente y acarician el correspondiente pasaporte a la (efímera) fama.

El caso es que lo que podría haber sido una de las mejores ediciones de la historia de GH se ha convertido en un concurso de talentos cuyo tradicional premio -el ansiado maletín- es lo de menos, que aquí lo que importa ahora es chupar plano, lucir palmito a lo telecupón distorsionado y sobre todo tratar de intercambiar fluidos o en su defecto, negarse a ello tras habérsela puesto dura al prójimo. Y ojo con los rifirrafes: si se usan términos políticamente incorrectos susceptibles de excitar a los excelsos miembros (¡y miembras!) de alguna asociación de agraviados (¡y de agraviadas!) de-lo-que-sea, nos plantan el dichoso ojo, claro que luego en el plató la voz de la parte contratante, es decir, nuestra querida Merceditas, aristócrata y periodista reconvertida en pupila de Vasile por obra  de su paciencia, que ya hay que tener paciencia para que una tía como Mercedes sucumba a la tiranocracia de los barómetros de la audiencia y se limite a ejercer de mercenaria al servicio del share cuando en realidad este formato todavía sobrevive gracias a ella (sin ánimo de menospreciar nuestra pasión incondicional)…, decía que ya en el plató y si eso, descartamos la violencia verbal y el despotismo malencarado que ejerce un vasco tirano y forzado sobre un chino cascabelero y sumiso capaz de tragar lo intragable a cambio de una limosna que en este caso en concreto se traduce en una comida de oreja o de pezón (literal). Que el chino consienta los altibajos del carácter de Aritz por interés es algo que el vasco recita como un mantra (a gritos cuando le parece a él) ante los cienes de cámaras que los rodean para que nos quede bien claro quién le hace a él la competencia. Y la enladrilladora lo que ve es un chino glamouroso, juguetón y hacendoso, extrovertido y listo como el hambre (que tiene de prosperar) que sabe explotar a la perfección su divertida estampa de efebo aisático amariconado.  Derrochando pluma con tacones o dejando la cocina llena de mierda tras darse un curro de narices para alimentar a esa pandilla de cerdos, o haciendo cálculos magistrales o contando lentejas o buscando un hombro seguro en el que llorar sus penas (Sofía) o una nodriza que lo acune sobre un buen par de tetas (Marta), el caso es que Han es todo un espectáculo. Y a falta de resolver el enigma de por qué una imagen del vasco ilustraba su vídeo de presentación, la rebuznadora considera que Aritz trata de manipular, controlar y teledirigir además de maltratar a su putita asiática (término acuñado por el propio euskaldún) porque se lo llevan los demonios: por los celos de folclórica que tiene y porque se muere por horadar las oquedades de nuestro chino molón.

Note el lector que he usado la palabra prohibida y ‘con eso no se juega que es un tema muy serio‘, le espetó Mercedes a Jesuso en plató cuando el charnego madridista (y olé) se disponía a hacer una correcta observación tras la diatriba que la empleada amiga de Vasile largó contra el orangután -que ha mutado en chimpacé- por su presunto machismo. Y es que da la impresión, se comenta, se dice y se rumorea que el vasco goza del beneplácito y de la protección de la parte contratante. Cierto es que el comportamiento de Riqui tras un leve escarceo con Sofía no fue el de un hidalgo ni mucho menos, nada nuevo bajo los focos telecinqueros, pero llama mucho la atención, por no decir que canta por peteneras, que se haya amonestado al propio Jesuso por andar descamisado por Guadalix y sin embargo el tío del postizo sombrero se declaró en huelga el otro día y no tuvo inconveniente en lucir su oscuro e inmenso bosque de ladillas hasta que se salió con la suya y le enchufaron el agua caliente. Por supuesto, que no hubiera agua caliente también era culpa del chino, que se dedicó a matar el aburrimiento junto a todos los demás -incluido su amo- durante la edición nº MCXXXVI de las Batallas Campales de Huevos y Harina de Guadalix, un coñazo insufrible si no fuera por  la presencia de Martita, esa canaria kamikaze sin sentido del ridículo a la que no queda más remedio que amar  y proteger de manera incondicional.

Decía que he usado la palabra prohibida y ahí la dejo. Antes he pasado por la RAE y el gúguel para cerciorarme de que está en el contexto adecuado; en el de mis impresiones, digo, que nada tienen que ver con cuestiones legales, aclaro. Y lo del bosque de ladillas es un recurso literario, que aquí ya hay que cogérsela con papel de fumar y no está el horno para bollos, que igual resulta que el pubis requete-hirsuto del vasco huele a lavanda y sabe a ambrosía (¡…!)

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Pero dije que iba a ser concisa y no me limitaré sólo a ejercer el (escaso) poder de mi verbo florido, no. Tengo pruebas:

Etc, etc. Hay decenas, pero a la hora de la verdad con un poco de musiquilla de circo y una presentadora compasiva que justifica la agresividad en el contexto de los altibajos de una relación «pseudoamistosa», el sufrido telespectador adopta al oscuro y controvertido personaje como un concursante peculiar, diferente y vanguardista. Y aquí paz y mañana gloria.

…Una especie de híbrido entre indignado o anarquista, cacique y artista muy cuentista, blasfemaría yo.

Pero la intención de este panfleto no es poner a parir al vasco por puro vicio. Queda medianamente claro que no es santo de mi devoción y además hoy estoy cabreada porque llevamos ya tres días con el black friday de los cojones y donde dije digo Diego, coño ya, que he tenido que ir a llorar al banco  (#ghampliarcréditovisadelaObsy) hasta que acabe lo del fraiday éste, que me da mí que va a durar hasta Semana Santa. Y me cuentan mis informantes que los anglosajones se mueren de envidia por cómo nos las gastamos por aquí, que hay que ver cómo se ha recuperado Ejjjpaña. Lo que va a ser negro, pero negro negro, va ser el viernes. El del mes que viene, anuncio.

Decía que mi intención no es otra que modificar la intención de voto de los presuntos colaboradores con esta causa estulta. A pesar de que estoy convencida que la galerada ya está contagiada por la incuestionable propaganda que se hace desde las redes, la parte contratante siempre puede dar el golpe definitivo en el último momento con una cuidada selección de vídeos con BSO de circo o de música trascendental (fenotipo Gladiator y así), ésa que ellos suelen poner a sus favoritos para inducir de manera subliminal al espectador a perdonar los pecadillos del elegido. Cómo será la propaganda que hasta yo misma le encontré un puntito sexy al vasco del pubis hirsuto la semana pasada.

Pero el verdadero duelo, el que a nosotros nos gusta, es el que tendrá lugar esta semana. Se trata del duelo que nos motiva, el que nos pone cachondos, el definitivo, el tradicional: el duelo entre los expertos, los viciosos, los adictos que amamos GH contra la parte contratante, la del tongo, la del timo, la de los mercenarios del tito Vasile. Y las tradiciones están para romperlas tal y como los esbirros del consejero delegado de Mediaset han decidido de manera unilateral este año improvisando tramas para generar tensión  desde el primer momento; un intento que se agradece pero que finalmente ha perjudicado el discurrir natural de las relaciones en Guadalix. A pesar de este intento, la gran tradición que se ha violado para nuestro perjuicio, y me temo que también para el de los aspirantes a hacer bolos durante una temporada por las discotecas patrias, es la del aislamiento del mundo exterior: a ellos porque con la obsesión de forzar jaleos para rentabilizar la parrilla telecinquera sólo pueden aspirar a ser carne caduca de platós chusqueros y poco más. A nosotros porque estamos saturados precisamente de eso mismo, de platós chusqueros dentro y fuera de Guadalix.

No obstante esto empieza a acabar y pronto empezarán las votaciones en positivo y las prisas, que las Blacks Marry Christmas acechan y sepa GER que será de nosotros. Si Aritz quedara finalista su entrevista quedaría reducida a un puñado de minutos. Y sería casi imposible analizar el paso de este presunto pansexual farsante malencarado tirano con hirsutismo púbico como merece, entre otras razones porque el comportamiento del borreguerío que se suele acomodar en el plató es cada vez más zafio.

Hay que desenmascarar a Aritz. O no. Sería la primera en entonar el mea culpa si fuera necesario, si estuviera equivocada y si no fuera lo que aparenta: una persona acomplejada que proyecta sus defectos, sus complejos y sus carencias enjuiciando a los demás con una mala hostia tremenda.

Debo empezar a terminar porque tengo que hacer recuento del saldo que me queda disponible para la causa tras el el friday de las setenta y dos horas made in Spain. A GER pongo por testigo que si es necesario devolveré los dos sostenes de Ali Expréss, que no sé yo si el diseño y textura de mis ubres occidentales se acomodará a esos artefactos abigarrados con orquídeas, cerezos en flor y exóticas aves bordadas en sedas de pexiglás.

A Martita no hace falta ni que la miente (de mentar). Junto con Sofía, protagonista indiscutible, el chino divino y dos secundarios cualquiera, nos arreglarían la recta final. Mención de honor a Carlos (Scarlett, de los Johansson de toda la vida en mi argot particular) cuya mala hostia florece y florece como los cerezos de mis sostenes made in China mientras se ve -de carambola- cada vez más cerca de la final.

Y Ricardito, pues Ricardito no es tan mal chaval.

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Sexo duro

Hale, sayonara!

 

Pd.: En portada «El origen del mundo» de Gustave Courbet.
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Risah y lágrimas

ladrillo-obsyNo voy a perder el tiempo en deshacerme en halagos hacia Sofía, la hija de la elegida de Dios, porque esta semana no toca y porque se supone que apenas acabamos de atravesar el ecuador de este despropósito. Es demasiado pronto y temo que todos esos elogios contribuyan a exacerbar el odio que le profesan los adoradores de la peor discípula de mi queridísima Ana Botella, o peor todavía, el de la legión de castradores vocacionales que ha sucumbido a los presuntos encantos del pelotari vasco. Y lo de castradores es lo mínimo con lo que me puedo despachar en virtud de las llamadas al orden cósmico que padezco en las redes casa vez que pongo al tirano de la edición en evidencia… Decía que debo aclarar y aclaro que Sofía me fascina toda ella, y como nota curiosa añado que su indiscutible belleza no ha lesionado mi frágil autoestima, es decir, no me da envidia contemplar su estampa remorena. Es más, me gusta mirarla, y ya que está en auge al abanderamiento de la ambigüedad sexual he de recalcar que en el hipotético y remoto caso de pasarme a la acera de enfrente (o alternarla con la mía) la navarra sería un trofeo que exhibiría con orgullo en mi lista de conquistas. Una pena que yo tenga clarísimo que no me dejaría tocar el potorro por una semejante para caer en gracia a una legión de españolitos abanderados de la modernez de pexiglás, como mucho un lengüetazo a traición en el codo, que no es zona erógena ni lesionaría mi identidad de género.

(Pido disculpas por ser tan casposa y por no llevar sombrero).

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Pero que con una moza cómo ésta igual me lo pensaba, oye.

El caso es que hoy estoy aquí para ‘hablar de mi libro’, es decir, mi intención es tratar de reconducir al hipotético y sufrido contribuyente para que no le tiemble el pulso si decidiera estirarse e invertir un euro y pico en nuestra causa, que no es otra que prolongar el entretenimiento a toda costa. Y aunque escribo sin apenas pasión porque las musas se fueron a pastar el día que comprendieron que lo de la magia era un cuento chino (se puede cambiar magia por convivencia-y-aislamiento-sin influencia-del-mundo-exterior) aún conservo la suficiente energía para redactar un panfleto infumable con la intención de que se haga justicia. Y de justicia es acabar con el triunvirato de memos que acapara los contenidos de Guadalix en este momento. Me refiero a Jesuso, a su enamorada de emergencia y la mamporrera que los asiste a ambos. De la tiranía de Aritz y la manipulación de su puta asiática (y  a mí que me registren que este término lo acuñó el vasco para referirse a su chino) hablaremos en otro momento. O no, porque lo mío es fluir y ya que estamos ayer leí al Gatete que andaba confundido entre seguir las directrices que marca la parte contratante o las suyas propias y ha vuelto a esbozar un conato de defensa o justificación de la estampa del ambiguo y mal encarado euskaldún del sombrero. Al final las conclusiones, se apliquen a quien se apliquen parecen tener una buena excusa: no digas que no te avisé. ‘Que yo no soy maricón’, en el caso de Aritz, y ‘que no quiero nada contigo’ en el de Sofía y Suso. Como si semejante (e infumable) argumento se pudiera aplicar de manera tajante en asuntos que incumben a dos, independientemente de lo que dicte la voluntad de cada alma, que en el caso de Suso -por mucho que berree- no puede ni podrá impedir que Sofía se sienta atraída (temporalmente) por su estampa de narciso amor de madre, aunque me juego un  kilo de quinoa a que la situación se invertirá cuando se apaguen los focos de Guadalix y se enciendan los de MHYV; y lo que es peor, en el caso de Aritz porque además participa de manera proactiva, que es más que activa, en los juegos  sexuales que tanto parecen desagradarle cuando aflora el pelotari malencarado que lleva dentro. Y he escogido bien el término pelotari porque precisamente eso es lo que está haciendo el vasco con el chino molón: jugar a la pelota vasca. Sabedor de que la estampa de Han es atractiva -sepa GER cómo se reparte lo del carisma y de eso al chino le sobra- el iracundo, tirano y justiciero tipo del sombrero pretende hacerse con la patente de corso de Han utilizando sus dotes de seducción (¿?) para impedir que su (presunto) enamorado se interrelacione más de lo debido con los demás borregos, no vaya a ser que la jodamos, el chinito se descontrole, saque los pies del plato y monte un puñado de vídeos molones con el enemigo, porque si hay algo que Aritz le reprocha al chino para torturarlo controlarlo cuando aflora el pelotari que lleva dentro, es que actúe de cara a la galería mediática. ¡Si lo sabrá el bien …! Pero donde las dan las toman y el adorable chino es muy consciente de la estrategia de Aritz. Y es que Han es el principal rival del vasco porque es un firme candidato a llevarse el maletín en virtud de las cualidades que lo adornan: histriónico, teatrero, frívolón y juguetón, una reinona asiática que no tiene un pelo de tonto. Le basta con sentarse y dejar que el pelotari continúe con sus reproches mientras lo tortura y le falta el respeto para dejarlo en evidencia. Y entre col y col lechuga, o mejor dicho: entre puta y puta, taconazo: si nuestro chino pilla cacho, mucho mejor.

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Pansexual con sombrero y tatuajes, escena costumbrista

A esta enladrilladora se la suda mucho la orientación sexual del prójimo por norma general, salvo cuando -como en este caso- el sujeto se ocupa y preocupa por generar deliberadamente misterio con tintes místicos en torno a un asunto tan elemental. Iba a escribir intrascendente pero teniendo en cuenta el ámbito en el que nos desenvolvemos no iba a colar. Y es que es sabido que la parte contratante alimenta al borreguerío de los réditos que arrojan las entrepiernas de algunos de sus asalariados, razón por la que los amantes de este formato estamos obligados a digerir en prime time ingentes sobredosis de alcahueteo -fingido o provocado- de los protagonistas de este desaguisado. El caso es que no hace falta ejercer de místico elevado por encima de lo humano, de lo divino y de las vulgares connotaciones carnales que el sexo y su práctica implican, no. Podría adornarlo tras manifestarse con simplicidad: le doy a todo y también me dan. O no, qué más da, pero uno no se presta entonces a revolcarse con un chino cada dos por tres para rechazarlo después con crueldad. Pero tiene una excusa poderosa, naturalmente: él  se define como pansexual que es algo mucho más molón que la bisexualidad, ya que los pansexuales pueden sentir atracción por cualquier género, y actualmente y hasta nueva orden los expertos en la materia distinguen un total de cinco géneros: heterosexual masculino, heterosexual femenino, homosexual, lesbiana, bisexual e indiferenciado. En definitiva, un follón tremendo, el caso es que Aritz no es maricón y punto, o más bien es que se niega a ser etiquetado como tal. ¡Qué vulgaridad y qué atraso! Por cierto que el día de los pansexuales es el ocho de diciembre, que se corresponde con la festividad cristiana de la Inmaculada Concepción. Ahí queda eso y ya que de formas de sexualidad hablamos, aprovecho para subir la audiencia generar polémica en torno a los gustos sexuales de la repescada de esta edición. Al margen del fiasco que ha supuesto la reincorporación de la (patética) extremeña, aunque haya que reconocerle el mérito de darnos la razón a quienes invertimos unos eurillos en largarla en su momento, esta retorcida rebuznadora se ha permitido el lujo de dudar sobre las inclinaciones sexuales de la insoportable, egocéntrica y mentirosa fisioterapeuta. Es evidente que son especulaciones personales fruto de la observación empírica, esto es, de las horas que me chupo enganchada al directo de GH16. Y es que la poca pasión que Raquel manifiesta ante Jesuso es alarmante. Ya no es que no haya sentimientos, que es algo relativamente normal por las circunstancias, es que tampoco hay atracción, ni química, ni pasión entre ellos. La nada. Cero. Sería deseable, como mínimo, que manifestara su atracción de alguna manera tangible, palpable o creíble, algo para empatizar. Está claro que Jesuso es el eslabón perdido, pero una docena de polvos tiene, sobre todo durante un encierro en el que se carece de otra forma de entretenimiento. Yo andaría gosándomelo por los rincones aunque sólo mediara  interés por mi parte. Pero no. Raquel escupe tequieros a bocajarro con gesto de desagrado como prueba irrefutable de su pasión mientras comparte lecho a tres bandas con la malagueña dentuda sin dejar de mentar la verdadera causa de sus desvelos: Sofía. Fue la navarra la que hizo la observación sobre el particular en una conversación con la divina Martita: “cuando me vio por primera vez, no dejaba de mirarme. Le brillaban los ojos tanto que yo pensé que era lesbiana”. Y atando un cabo de acá, otro de allá, un gesto, un comentario,  un cerrar el chiringuito, lo de salir corriendo de Cáceres a la capital y ante el sopor que me provoca la forzada carpeta, esta retorcida enladrilladora empezó a valorar que quizá, a lo mejor, tal vez, pudiera ser que a Raquel en realidad le atraigan las mujeres aunque no lo haya llevado a la práctica. O no, qué más da. El caso es que llama la atención la tibieza que demuestra ante las (vulgares) manifestaciones de deseo que le procura Jesuso. Pura especulación basada en la intuición, conviene aclarar, pero Sofía vive allí con ella y sus juicios, incluso los apresurados, merecen mi respeto. Y esto también forma parte de mi fascinación por ella.

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Raquel y Jesuso congelando el agua del jacuzzi

Ya se me ha ido el santo al cielo para variar y habíamos quedado en que yo venía aquí a hablar ‘de mi libro’. Y es que mi intención es contribuir en la medida de mis posibilidades a largar a la gran decepción de esta edición, además de provocar la ira de quienes estén en desacuerdo con mis soflamas y alegrar o por lo menos entretener a quienes las compartan. Y Amanda, esa diva de pacotilla que no tiene nada de especial salvo el envoltorio que se ha fabricado para disimular su vulgaridad, y entiéndase lo de vulgar en todas y cada una de sus acepciones, es el gran fraude de esta edición. Es posible que tras su retahíla de postizos tal vez se esconda una persona acomplejada o insegura -nada que objetar en reforzar la personalidad a través de la imagen- pero su tendencia al autobombo, su feroz competitividad, que por cierto está muy alejada del espíritu clásico del deporte, y digo lo de clásico porque corren malos tiempos para enaltecimiento de según qué valores y si no que le pregunten a Marc por Valentino… decía que Amanda, esa tía enterada y petulante, es la representante universal de aquella repelente y pelotillera compañera de clase que siempre levantaba la mano o se ofrecía voluntaria para salir a la pizarra o le limpiaba el culo al hijo del profesor de turno si hacía falta.

(Inciso: la anécdota de la limpiada de culo al hijo de un profesor  es verídica y la vivió esta enladrilladora en tiempos)

Pero lo peor de Amanda es su cansina e insoportable conversación cuyo registro se limita a la primera persona del singular y a una serie de coletillas vacías que rellenan sus carencias a pesar de que a ella le duele la boca de presumir de que es universitaria con tres Matrículas de Honor, tres. Y yo me pregunto cuántos culos de hijos de profesor  habrá tenido que limpiar porque, o el listón está bajando peligrosamente en las universidades, o hay mucha mierda que limpiar.

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Amanda sin extensiones, creo

El caso es que Amanda (y su disfraz) prometían mucho, sin embargo por el camino se ha convertido en un personaje tan secundario como prescindible ya que ha optado por convertirse en la fiel mamporrera escudera de Suso y Raquel sin asumir ningún otro cometido de manera individual más allá de sus tías, risahs  y yoes elevados a la enésima potencia. Por otra parte, el regreso de la extremeña ha contribuido a distorsionar aun más la percepción que Mandy tiene de sus verdaderas posibilidades. Y es que como bien apuntó David Cano en su día, esos tantos por ciento tan bajos seguirían siendo igualmente ridículos si se votara para salvar en lugar de expulsar. Afortunadamente, y a pesar de que la parte contratante -al igual que Raquel que tal vez esté allí de vuelta precisamente por eso- se empeña en distorsionar contenidos, esta edición está muy viva, tanto como el sufrido espectador, que yo diría que ya no se conforma  con más de lo mismo. El cásting es excelente pero el comportamiento de Amanda es plano, ergo es prescindible al margen del giro que daría la situación en Guadalix con su salida, ya que la mayoría de los aspirantes dan por hecho que la malagueña es favorita. Pero es que la ‘laureada’ estudiante, además, se ha enfrentado al huracán canario y aunque hoy tampoco toca fundir la tecla por Martita porque no corre peligro, algunos tenemos claro que ella es la gran revelación de esta edición. Sin bragas metafóricas y a lo loco va Martita por Guadalix, como debe ser. Y sin alardear de su condición universitaria como otros tantos miles de estudiantes que por cierto no se pueden permitir el lujo de paralizar un curso porque pierden la beca e incluso el respeto de su entorno. No es el caso ni de Amanda ni de Marta, aunque a la segunda parece que le preocupa algo más haberse embarcado en esta locura, ya que por mandato paterno no tiene pensado vivir del cuento durante una temporada arrastrando su palmito por las discotecas patrias. Martita es una chica con posibles y aunque me falta información, no descarto que a Amanda le haya costado una tonelada de risahhhs y sudores costearse sus espantosas extensiones. Y de aquellos polvos, estos lodos, que la envidia es muy mala.

Debo empezar a terminar y aprovecho para pedir disculpas al sufrido e hipotético calcetinero que haya tenido el valor de llegar hasta aquí. Disculpas, digo, por las ofensas en las que haya podido incurrir, que no son nada más que licencias literarias que esta excéntrica emparrafadora se permite de manera puntual mientras dura este despropósito. Pero no me retiraré sin incidir en algo que decía más arriba, y es que esta edición está muy viva, tanto como el sufrido espectador que se diría que ya no se conforma con ‘más de lo mismo’. La enladrilladora tiene la sensación de que el público estrictamente galero cada vez se reduce más precisamente a las galas y platós, ya que el uso y abuso de las redes está generalizado y los que vivimos una temporada por y para esto (que no de esto) cantamos nuestras verdades al barquero. Es decir, cualquier curioso que se interese por el tema tiene acceso a más información, no sólo la que ofrece -intencionada e innecesariamente distorsionada- la parte contratante. Tampoco hay que echar campanas al vuelo y subestimar los mecanismos que rigen este despropósito ya que existen fórmulas que nunca fallan, si bien en esta ocasión ninguno de los aspirantes parece dispuesto a asumir el papel de víctima ni el de villan@ como único registro. El domingo pasado, sin ir más lejos, Sofía fue llamada al confesionario mientras Jesuso y Raquel consumaban (¿o consumían?) su hora sin cámaras, pero la navarra ha salido rana y en lugar de llorar como una magdalena para empatizar con la legión de señoras que alguna vez han sido chuleadas por un charnego narciso y guapetón, manifestó estar encantada de perderlos de vista un rato. Y aquí sí que tocan risah por un tubo.

Por esta razón, por la influencia de las redes, cada vez más consultadas y como consecuencia de ello, con un público cada vez más especializado que sabe leer Gran Hermano más allá de lo que la parte contratante suele proponer, confío en que se haga justicia con Marina; Doña Marina según Tomás Blanco, vaca dependiente de cariño y protección según mi amado (u odiado) Hiperión, que lleva diez años, diez, intentando formar parte de esto a pesar de no dar el perfil… hasta que invirtió en un reborn y se lo llevó a un cásting. No sería justo que un personaje con un patrón tan repetitivo y egocéntrico como Amanda le arrebatara el puesto a una segundona soñadora que se mata por agradar a algunos de sus compañeros para no permanecer aislada durante la aventura de su vida. Además, la sutil perfidia de Lady Reborn es mucho más interesante que el histrionismo artificial  y previsible de la malagueña, que presume de leal y de sincera cuando nadie le ha pedido ni lo uno ni lo otro, y menos en estas circunstancias. Y es que Mandy se ha limitado a no cometer errores graves ejerciendo el gregarismo y el autobombo de salón hasta el hartazgo. A Marina, la señora de Guadalix, nadie la quiere. Pero ella quiere ser alguien y se esfuerza con la discreción y la amargura de los que saben que no son protagonistas de nada, aunque lo desee con toda su alma.

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Juanito , feliz en Guadalix

Hale, ¡sayonara!

 

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