Calcetineros El cajón para los calcetines sin par – Reality blog
¡Hola amigos calcetineros!
Retomamos con ilusión esa vieja costumbre de reunirnos los de casa, los de siempre cada jueves, TV y tuíster a dos manos. No voy a extenderme hoy mucho, tan solo un par de apuntes sobre este par de días que llevamos con la edición en marcha.
Marta Flich
La cara de lo que llevamos visto hasta ahora. Empezaba la primera gala con una gran incógnita: ¿Cómo resultaría Marta Flich en su estreno?
Debo de reconocer que no había visto a Marta Flich anteriormente en ninguno de sus trabajos anteriores y debo decir que su actuación el pasado jueves me sorprendió muy gratamente. Primero, porque se la vio muy consciente del reto al que se enfrentaba y se lo tomó absolutamente en serio. Creo que ella es consciente de que su referente es Mercedes Milá y no JJ Vázquez o Jordi González. De lo primero de lo que nos libramos fue de los chistes verdes de JJ y de sus bromitas cada dos por tres y con pretensión de hacer algún tipo de gracia. Que un chistecito, vale, pero 45 cansan.
Volviendo a Marta Flich creo que lo más destacable fue el ritmo que le impuso al programa. Fue como una croupier repartiendo cartas a diestro y siniestro a toda velocidad y sabiendo perfectamente a quién y cómo tendría que repartir la siguiente. Un verdaderó ciclón que se cargó el programa a sus espaldas y no lo dejó ir en ningún momento. En definitiva, me dio muy buena impresión y, a la espera de confirmarla con un par de galas más, buenas vibraciones.
Los concursantes
Tenemos un plantel de concursantes de lo más variado y la mayoría desconocidos por el gran público. La más conocida es Oriana y creo que, independientemente de que acabe haciendo un buen o mal concurso, es un factor distorsionador de esta edición. Porque es una concursante que ya tiene consolidado un fandom. Bueno, de hecho, dos: el centrado en ella, los autoproclamados #orianistas y luego –como no podía ser de otra manera– ese fandom carpetero y mojabraguista que shippa a Oriana con un italiano de la edición VIP, Daniele. Se autoproclanan #oriele.
Total, que como en general los fandoms están bastante alejados de tener una visión objetiva de las cosas, en cuanto vean -o crean que ven- una amenaza para Oriana van a ir a saco contra quien le tosa y en ese tránsito podemos perder a valiosos concursantes solo porque se le ha cruzado a un fandom determinado.
Sobre el resto, aunque haya conocidos como Carina, Laura Bozzo o Carmen Alcayde, no tenemos referencia de ellos en un reality y básicamente son un melón por abrir. Yo al que sí conozco es a Álex Caniggia –hermano de Charlotte, que participó en el VIP de Carlos Lozano– como participante de Sobreviviré en Chile. Un tipo peculiar, muy kamikaze y sin pelos en la lengua. Y ya descubriréis que no conoce los puntos suspensivos en su forma de hablar. Siempre acaba las frases de forma tajante, hable de lo que hable. Me gustó en aquel reality y espero que siga gustándome en este.
El que ya se intuye muy mucho como mueble oficial es Gustavo, que pasa las horas en estado contemplativo y el que apunta a insoportable del programa es Luitingo, un taladro de pesadilla en los momentos en los que lo he visto.
El canal 24 horas
La cruz de lo que llevamos visto hasta ahora. Desde el jueves por la noche al sabaqdo por la tarde –cuando escribo estas líneas– la realización de la señal del 24 horas es, por decirlo de algún modo, incomprensible.
Como sabemos, hay ahora dos espacios: la cueva y la casa. Pues a la que hay alguna conversación medianamente interesante en la casa, una conversación que requiere de continuidad, pues nos pinchan a la cueva donde están bailando una coreografia absurda una y otra vez. Y no contentos con pincharnos la señal más insustancial, cada dos por tres aún nos dan más por culo razones para odiar a los realizadores: la puta planta.
En serio, si alguno de los que participáis de este sinsentido me estáis leyendo, estoy dispuesto a escuchar alguna buena razón para pinchar a la puta planta mientras en las otras dos estancias está pasando algo. Entiendo que si una discusión sube de tono, por precaución –y más con la lacra de los policías morales que asolan las redes hoy en día– se deje de pinchar esa señal y que te vayas a pinchar la otra estancia. O incluso ka planta. ¿Pero qué sentido tiene cortar una conversación sobre las primeras impresiones de los concursantes entre sí, o una discusión sobre si es mejor la tortilla de patatas con cebolla o sin cebolla?
Creo que si me lees, realizador, ya lo sabes: los espectadores necesitamos un guión, un hilo argumental, una continuidad… Dime sinceramente, si me lees, realizador: ¿tú te gastarías 5 euros al mes por ver una puta planta inmóvil por la tele? ¿Crees que putear al espectador merece algún tipo de recompensa?
Pues eso.
Desde el cariño os lo digo: la gala me dio muchas sensaciones a los Grandes Hermanos que presentaba Mercedes Milá: más autenticidad, menos famoseo, ni pantojos ni matamoros (y esto sí merece un trofeo y una cuenta bancaria en Suiza), una presentadora implicada…
No lo dejemos ahí, intentemos que el 24 horas sea como eran aquellos de los viejos y buenos tiempos. Con interrupciones las justas cuando la cosa subía de tono pero sobre todo por un buen hacer del realizador, nuestro Paco, que ponía su empeño en ofrecernos cada noche una miniserie coherente cogiendo un hilo que él veía con posibilidades y no soltándolo durante toda la noche. Vamos chavalotes, vosotros también podéis hacerlo bien.
En definitiva, que hemos tenido un final de semana agridulce. Mientras que el jueves lo veíamos con mucha ilusión, la parte contratante ha decidido echarle agua al vino con una realización y gestión del 24 horas nefasta. Arreglémoslo, compadres.
Sí, se puede.
[Actualización: A pesar de lo dicho antes, es justo decir que el realizador que ha estado a los mandos este sábado desde las 9-10 de la noche hasta la madrugada ha sido impecable. Como si me hubiera leído. En todas estas horas no ha puesto ni un plano fijo y ha repartido el juego entre las dos estancias con maestría. Como comentaba el Gato: un héroe.]
