Hacer el acto

«Niedziela es pequeña, peluda, suave; tan blanda por fuera, que se diría toda de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. La dejo suelta y se va a al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… La llamo dulcemente: ¿Niedizela?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal.

Come cuanto le doy. Le gustan naranjas, mandarinas, las uvas
moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina go-
tita de miel . . .
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña . . .; pero
fuerte y seco como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos,
por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos
de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
-Tiene acero . . .
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.»

ladrillo-obsyA

sí es Niedziela, la dulzura personificada, la quintaesencia de la feminidad, la exaltación del recato y de la coquetería. Poco se puede alegar en contra de esta concursante. La del Circo no es una chica normal. Es disciplinada, muy trabajadora, con el bagaje propio de su mundo. A Niedziela le corre el circo por las venas. ¡Y qué circo! Los Raluy forman parte de la aristocracia circense por méritos propios. Y así es como se siente ella: una aristócrata que sabe contener sus emociones mientras se desenvuelve en cualquier ambiente con maestría. Niedz apenas tuerce el gesto cuando algo le desagrada. No en vano está acostumbrada al calor nocivo de los focos, por eso concede tanta importancia al ritual del maquillaje. Sabe bien que podría sucumbir tras un tiempo de exposición demasiado prolongado. Cuando sucede -porque a pesar del oficio esas cosas suceden- Niedz deja entrever lo que es: una mujer inteligente plenamente consciente de sí misma y de la imagen que proyecta. Y no sólo eso, también es consciente de los demás, de lo que les rodea, de la imagen que podrían proyectar y si me apuro, es consciente de lo que se cuece en Pernambuco y con esto me dejo de cursiladas de una puñetera vez y me pongo a lo mío, que es rebuznar.

Podría continuar en modo amoroso ad infinitum diseccionando a Niedziela, pero no es mi intención. La del Circo me gusta, no lo puedo evitar y a Juan Ramón Jiménez me remito. Ha hecho un concurso impecable.

…Impecablemente anodino, quiero decir: sin sustancia, sin contenidos propios, siempre a remolque de tramas ajenas, ya que la que le habían procurado no era de su agrado. Niedz entró a Guadalix junto al tibio de Vera, que es un hombre pegado a (la búsqueda de) una carpeta. Lo interrogó a la velocidad de la luz, como hacen las grandes damas en los salones de té cuando llega un desconocido. Y si el desconocido no es de los nuestros, por culo le den. Vera carece del perfil de triunfador que presumiblemente agrada a Niedz, que ella se merece un príncipe o un dentista. O un piloto de F1 y #salvarLara27450, que no veo la idea tan descabellada, ojo, que Fernandito se ha pasado todo el verano en una autocaravana de lujo paseándose por la Ruta 66 y la polaca es doctorada por la universidad del circo en autocaravanas. El cum laude no se lo doy porque nos ha largado que se muda a la de su madre a la hora de comer la muy floja, claro que por otra parte bastante tiene la pobre con cinco funciones al día.

labios
Que no me da la gana de cambiar de barra de labios, imbécil!

El caso es que me gusta Niedz a pesar de que su mayor mérito como concursante haya sido vivir el Gran Hermano de otros con las emociones y la intensidad propias moderadas por el autocontrol, algo que a juicio de esta enladrilladora le restaría valor para acceder al olimpo de los ganadores. El hipotético y sufrido lector podría pensar que si nos atenemos al argumento anterior, el pansexual vasco merecería el segundo puesto o incluso la victoria en virtud de su grado de implicación. La diferencia es abismal: Aritz ha utilizado como trampolín, de manera impúdica y obscena al concursante más mediático de la edición. Hay que unirse al enemigo… para cargárselo, naturalmente. Sin embargo ayer la organización tuvo que hacer un esfuerzo encomiable para encontrar a alguien dispuesto a machacar a nuestra chica. Niedz, que también sabe latín además de un puñado de lenguas, no se ha metido en ningún jardín farragoso y queda demostrado que ni falta que hace. Sólo el mercenario de Riqui estuvo dispuesto a chupar cámara por enésima, que la jungla de los platós es muy dura y lo importante es mantenerse en la foto, creerá el mameluco.

Ya no sabe una qué fue antes: si la gallina o el huevo, Aznar y González o Rubalcaba y Pizarro o Sánchez y mi adorado Rajoy, al que por cierto le pensaba escamotear una senadora que me cae fatal el domingo porque no ha pegado un palo al agua en su vida (…y van!), pero en vista de cómo está el patio le pongo una cruz. A la impresentable de la senadora, digo. En la papeleta del Senado, aclaro. El caso es que ayer padecimos una sobredosis chusquera de caras a caras en la que quedó claro que el respetable devoto del formato pinta un carajo, y que los (presuntos) genios que deciden el discurrir de esta puta maravillosa mierda que todavía consigue arrancarme una lágrima -en algunos momentos- siguen pensando, porque debe ser cierto, que los anunciantes quieren colocar sus anuncios cuando haya llenazo. Y todos contentos, que se venden mejor, más caros y así hay efectivo para que el día de la puñetera final abigarren con arbolitos navideños de los chinos -o lo que toque- las curvas del descenso de Guadalix hacia el plató de Mediaset. No sé yo si esa forma verbal de abigarrar es correcta en este contexto, pero me la suda porque me encantan las palabras que mezclan las bés con las erres y con las gés. Esto no viene a cuento, ya lo sé, pero también me encanta bigardo, que es un adjetivo con el que me hubiera gustado calificar a Jesuso -en su segunda o tercera acepción- y al final se lo voy a tener que calzar al vasco -en su primera acepción- por haber tenido el mal gusto de permanecer casi toda una semana encamado haciendo el acto con el chino a pesar de que allí sólo quedaban cuatro gatos encerrados. Aprovecho para saludar a David Cano y hacerle un poco la pelota que sé que le gusta (para una vez que coincidimos en algo, David, mecachis). Y ya estáis todos en la RAE comprobando qué es eso de bigardo que no tengo ganas de hacer capturas para justificar mi vasta cultura de pacotilla. Que aquí el único acto que hay que hacer es continuar votando a Sofía y a Niedziela -sin t, que me acabo de enterar justo cuando iba a contribuir con la causa- para botar de una puñetera vez al tirano vasco o el martes nos aburrimos como monos con Niedz abriendo mucho la boca durante dos horas seguidas, o peor aún: nos cuelan otra maniobra chusquera de emergencia, si bien es cierto que la experiencia es un grado y el martes en teoría tocaría «la de arena» con música trascendental de ésa que se le pone a los ganadores de fondo. Pero no creo que Lara consienta que Fernando disfrute de la visión del canalillo de Niedz en carne y hueso, así que en la práctica podemos padecer una sobredosis de Pablo López o vaya usted a saber, porque Riqui y Suso están ya muy vistos y además la cagan cuando huelen el piloto rojo encendido, claro que tampoco descartaría que Jesuso reconociera la evidencia, se disfrazara de príncipe azul (o de rey mago, o de papa noel) y se arrodillara ante la dama para solicitar su mano, su coño y su perdón.

calzones cañidos
Yo soy más guapo que tú y lo sabes, pero se me descose la portañuela cuando te miro

Debo empezar a terminar porque el sol de diciembre es una tentación a la que esta enladrilladora bigarda (en su primera acepción) no piensa renunciar bajo ningún concepto. Pero no lo haré todavía porque soy consciente de que este ladrillo carece de críticas hacia uno de los aspirantes y de loas hacia la otra gran, grandísima dama en litigio

Aritz es un ser abyecto, tanto que incluso esta ridícula rebuznante ha llegado a debatir mientras digería unas magníficas ostras atlánticas en compañía de un excelso entendido sobre el particular… decía que la empafletadora ha valorado la posibilidad de que exista algún desorden de tipo pseudopatológico en el carácter del vasco. Y aunque el excelso insistió en que pseudo significa falso y debo precisar que se trataría en todo caso de un desorden sin diagnosticar, corrijo con la boca chica ya que no lo comparto en principio. La rebuznadora es una descreída y no acaba de entender por qué tendemos a disculpar el hijoputismo con la socorrida excusa de los trastornos psiquiátricos, porque un hijoputa es un hijoputa, esté o no diagnosticado, sea o no recuperable su hijoputismo y debo precisar que todo esto es una hipérbole incendiaria o un recurso literario, ojo, que yo me debo a mi público y me disculpo cuando se cierre el telón, nobleza obliga aunque ahora manden las tripas. El problema del hijoputismo no es el hijoputa en sí, sino los cadáveres que va dejando a lo largo de su recorrido. Y el chino, la auténtica y maravillosa diva de esta edición ha caído porque ha sido fagocitado por Aritz en su beneficio, mención con honores al beneficio biológico, porque el pobre de Han se ha tenido que conformar con las migajas que le ha dado el vasco mientras lo aliviaba bajo el edredón. Y es que el asiático, además de disciplinado, listo y hacendoso se ha revelado como un gran contorsionista. Fuera del tálamo el pobre chino ha tenido que soportar en silencio la ira y las constantes humillaciones del tirano y cada alma ya que le ponga el nombre que quiera a esto. Pero amor no es, Mercedes.

adiós
Adiós, Hanito. Gracias por todo. Has sido un pedazo de concursante. (Captura de @casandra_10)

Para terminar de una puñetera vez este panfleto infumable sólo me quedaría dejar constancia por escrito del carisma natural e incuestionable de Sofía. Pero a la pamplonica no le hace falta el adorno (del coñazo) de mi verbo florido. Sola, sin apenas ayuda, con casi todos los elementos en contra y a pesar de su madre, se ha impuesto con autoridad y méritos propios como la gran favorita. Sin embargo, no puedo obviar la vergüenza y el rechazo que me producen -de manera especial en esta edición por su virulencia- todos aquellos que esgrimen entre otros argumentos reprobables,  especial y lamentablemente crueles cuando los vomitan otras semejantas, que «Sofía necesita un hombre a su lado» para vilipendiarla. No es verdad: ellos la han utilizado a ella… para hacer el payaso, como pudimos constatar ayer noche para nuestro regocijo. Supongo que todos esos calificativos tan virulentos forman parte de la servidumbre que conlleva el amargo don de su incuestionable belleza… 

¡Hale, sayonara!

 

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Acerca de Obsy

Enladrilladora oficial de la Calcetinería. Un coñazo, pero en tuiter no me dejan pasar de 280 caracteres y aquí sí.
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